DESESPERACIÓN

"Yo hasta fui a vender sangre para poder comer", dijo el uno de los hijos de la víctima

‘El mejor recuerdo de mi mamá es el ejemplo que nos dio’, dice Fabián y eleva la vista al cielo como buscando un consuelo.
Los hijos de Elizabeth “Cusi” Ledesma fueron una figura excluyente en el juicio del trío lésbico. Tras la muerte de su madre los tres chicos quedaron abandonados a su suerte, sin casa, comida o trabajo.
“Nosotros hemos llegado a robar para comer, a tomar cualquier cosa para sacar el dolor. Pero por más que el juez dé una sentencia grande o chica este dolor sigue aquí y se va a quedar. Siempre le pedimos fuerza a mi vieja para que nos ayude a seguir un día más”, dice Sebastián que no se perdió una sola audiencia del juicio.
“Yo hasta fui a vender sangre para poder tener algo de plata para comer, sino no había ni para hacer mate cocido”, agrega acongojado.
Por su parte, Fabián, el hermano del medio, recuerda los momentos difíciles que pasó inmediatamente después de la muerte de su mamá.
“Nadie te da una mano cuando te quedas solo, no hay familia, no hay amigos, no hay nada; estábamos solos, no teníamos qué comer, ni un lugar dónde dormir, teníamos problemas en el barrio y nadie nos iba a ayudar”, asegura Fabián, quien afirmó que también pensaron en hacerse daño en los momentos más difíciles.
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