Salvador Lo Bruno: "Mi primer trabajo fue por un aviso en EL LIBERAL"
El empresario empezó a trabajar a los 13 años. A los 19 tuvo su primera empresa propia. Es el padre de un grupo que nuclea a otra 5 compañías en diferentes rubros. Hoy, a los 74 va por más: Comenzó a construir un hotel. Y no quiere parar.
Por José Aranda
La historia de Salvador Lo Bruno está marcada por el sacrificio, el tesón y la humildad, pero por sobre todo por el trabajo duro, el que lleva a vivir jornadas de hasta doce horas dentro de la empresa. Ese que aún hoy, tras haber dado vida y consolidado a una serie de compañías que están en manos de sus hijos, lo lleva cada mañana a repasar lo que sucede en ellas. A sentarse detrás del escritorio y a tomar decisiones que involucran, también, nuevos proyectos. Ese espíritu pro empresa es el que trajo desde la Italia de posguerra cuando tenía solo 13 años. Y está por cumplir los 75.
“La Argentina es un país bendecido”, dirá a lo largo de la entrevista. También que “en Santiago hay mucho por desarrollar”. A lo largo del diálogo se puede palpar que para este hombre el dinero no lo es todo. Porque si así fuera, quizá podría estar en cualquier parte del mundo disfrutando de la vida. Su real disfrute no pasa por ahí. Su verdadero placer está en hacer. En emprender. En concretar. En ver que sus empresas crecen como lo hacen sus hijos. Ahí está el secreto de don Salvador. En definitiva, en ese valor clave que trajo buena parte de los inmigrantes y que hizo crecer al país: el trabajo.
Para este hombre, en vez de un viaje al Caribe, quizá prefiera poner ese dinero en un camión, en una máquina nueva, en algo que le permita mejorar sus empresas. “La plata no es todo” dirá en un pasaje de la entrevista para luego contar una lección de vida: “Si hemos vivido en una pieza como ésta los 6, los 4 hijos más mis padres, bueno si hoy tienes lo que tienes, andas en auto nuevo, aunque sea una herramienta de trabajo, vives bien, no te falta nada, entonces qué más puedes pedir”. Son dos frases que reflejan su perfil de laburante y emprendedor.
Pero hay un vínculo indeleble que une a don Lo Bruno con ELLIBERAL y que a posteriori resultó clave en su vida. A través de un aviso clasificado del diario, consiguió su primer empleo. Ese que lo hizo con solo 19 años, poseer la mitad de una por entonces gran empresa. Y ese fue el punto de partida para todo lo que vino después. Cuando leyó aquel aviso, tenía 14 años. Y ya había decidido independizarse. Claro está, luego de haber pagado durante un año los U$S650 que la empresa que lo contrató había abonado para permitir su llegada al país. Y ese es otro dato clave en su vida empresaria: “Si pones el trabajo y no jodes a nadie, no te puede ir mal”. Lo que sigue es la entrevista que EL LIBERAL mantuvo con Salvador Lo Bruno, el creador de uno de los grupos empresarios más importantes que se gestó en la provincia en el último medio siglo.
¿Cuándo comienza su vida empresaria y cómo llega a la Argentina?
Yo vengo de Italia en 1950, a los 13 años. Vivíamos en Ionadi, en la provincia de Catanzaro. Mi papá ya estaba aquí. Había venido en el año 48 y nosotros en el 50. Vinimos directo a Santiago. En esa época, tenías que tener alguien que te llame y te asegure vivienda y trabajo, sino no podías venir. Mi madre tenía una hermana que había venido en el año 35 para acá, en la época de la guerra y después de la guerra había que salir de allá porque no había nada que hacer. Una pobreza terrible. Entonces, mi madre le escribió una carta a su hermana y ella le dijo que se venga. Entonces vine llamado por ella.
Primero llegó su padre y luego el resto de la familia…
Vino mi padre, empezó a trabajar aquí. Mi tío el marido de mi tía, era socio de la empresa La Argentina que era una empresa sanitaria. Mi padre empezó a trabajar ahí. Esa empresa para que vengamos nosotros, había pagado U$S630. Por eso cuando vine, trabajé el primer año en la empresa. Tenía 13 años. Vinimos en diciembre y empezamos a trabajar en enero. Trabajé el primer año en la empresa y así devolvimos el pasaje. Nos pagaban en esa época creo que 50 pesos. Yo andaba de ayudante de los plomeros. Era una empresa muy grande, tenían 25 personas permanentes. Hacían todas las instalaciones sanitarias, aguas, cloacas, todo eso. Yo era secretario de un muchacho Núñez que es el padre del arquitecto Núñez. Trabajé un año.
¿Y cómo era el trabajo?
Se trabajaba mucho con cañerías de plomo que eran muy pesadas. Pero un día sale un aviso en el diario. Yo a todo esto en un año había aprendido un montón. Por eso siempre digo: cuando quieras enseñarle a alguien, enseñale porque a esa edad se aprende todo. Un día sale en el diario un aviso que necesitaban un soldador de estaño en la firma Bagnasco, el aviso era en EL LIBERAL. Entonces, me voy a ofrecer como soldador porque ya tenía la experiencia. Y ahí me toman. Trabajé 3 años de empleado. Al cuarto año ya me dieron participación en el taller, con el 30%. Al quinto año, ya tenía 19 años, Bagnasco se trasladó a Salta y puso otro taller. Yo me quedé aquí solo. A esa edad, primero la firma se llamaba R Bagnasco. Era un algarrobo con cuatro chapas, pero después se llamó R Bagnasco y Cia y después se transforma en Bagnasco y Lo Bruno porque ya la sociedad era al 50% cada uno. De ahí pasamos al local del frente.
¿Qué hacían en ese taller?
Lo que hacíamos era radiadores. Don Bagnasco se murió en el 65 y sigo yo la sociedad. A todo esto nos trasladamos a la calle Yrigoyen. Ahí puse los dos negocios que era la Casa del Soldador que estaba a 30 metros de radiadores Bagnasco. En el año 70 se separa la sociedad. Yo me quedo con la Casa del Soldador. Más tarde en el año 78 se transforma en Lo Bruno SA. De ahí nos venimos a la avenida Saenz Peña. En ese lugar empezamos con la parte de gases, oxígeno, transporte, gracias al esfuerzo de toda la familia. Cada uno buscaba el mango y así se arman las otras empresas: Expreso Lo Bruno, Lo Bruno Automotores y en el interín, Lo Bar. Esta se arma en 1985. Es la última. Lo Bruno Estructuras es una empresa que compró mi hijo Ricardo que era Cabe que hacía premoldeados. Cuando se funde, la compramos nosotros. Nos quedamos con la quiebra y Ricardo es el dueño solo de esa empresa. Después está uno de mis hijos en cada empresa. Hilton en la ferretería, en Lo Bruno SA y en Lo Bar. En el transporte está Federico y Felipe en la concesionaria. Todas las empresas son independientes.
¿Cómo ha hecho para que todas las empresas sean exitosas y les vaya bien?
Todo depende del esfuerzo que uno le ponga. Nosotros aquí tenemos 12 horas de trabajo todos los días y los sábados abrimos todo el día. Consideramos que ninguna empresa puede andar mal si uno brinda un servicio bueno. Así, todo lo que se le ponga arriba de la empresa va a resultar. Todo el esfuerzo que se le ponga va a redituar en la empresa. Si se le dedica 12 horas va a rendir por 12 horas. Pero si se le dedica 6 horas, entonces va a rendir menos. La empresa te va a rendir por lo que vos le rindas. Si le pones más el hombro, más va a rendir. La empresa te puede rendir un 110% o un 50%, todo depende de cuánta pelota que uno le dé. Nosotros, entre Lo Bar y la ferretería tenemos 320 personas. Si sumamos las demás empresas de la familia, son como 1500 personas. Entonces, la empresa te va a dar lo que vos le des. Hay que sacarse de la cabeza que la empresa va a andar sola. Y que la empresa va a andar sin que uno ande por atrás, eso no existe.
¿Cuáles han sido los tiempos más difíciles?
Llevo desde el año 50 aquí y siempre ha sido difícil. Pero nunca vas a perder plata, o sea ganarás menos, otro año ganarás más, pero después cuál es el problema de las empresas. Que si querés crecer vos como persona o como empresa. Si lo que quieres es crecer como persona entonces juntá plata y guardala. Pero si te ambiciona la empresa, metela en la empresa. A mí siempre me ha gustado que crezcan
mis empresas y llevarlas hasta la primera división, como en el fútbol. Hacé de cuenta que es un equipo, que se inicia en la décima división. Después hay que subir a la novena, entonces siempre te cuesta pelear. Cuando sos chico peleas con los chicos. Cuando sos grande, peleas con los más grandes y tienes que estar preparado para pelear con los más grandes. Nosotros empezamos de cero. Ahora que nos toca: pelear con los de primera. Lo nuestro todo está para eso, armado para pelear con los de primera, con competencia a nivel de primera. Pero ¿que la empresa va a andar sola? No, qué va a andar sola. Si uno piensa que los demás van a trabajar por uno, está muy equivocado. Hay que trabajar de lunes a lunes, 12 horas por día, incluído los sábados y los domingos. Toda la vida nuestros negocios han abierto sábado a la tarde, no nos conviene. Si digo que nos conviene te miento, pero sí se va a atender al cliente, si se va a brindar un servicio y si el cliente sabe que abres, entonces va. Estás brindando un servicio.
¿Esa filosofía la traspasó también a sus hijos?
Por supuesto, además no tienen la cabeza llena de humo de porque tienen plata no van a laburar. Aquí plata no vemos nunca, siempre hacemos cosas y compramos cosas, la plata está ahí, en un camión, en una máquina, siempre se compra para poder ponerse a la altura de los demás y brindar servicio, yo tengo una planta de hormigón que para mí es la número uno y si no tengo todos los elementos no puedo trabajar, entonces hay que tener los camiones en orden, todo, entonces no hay plata porque se invierte todos los días, no es que se dice hicimos esto y ya está, no todos los días hay que hacer algo. Si se gana $2 hay que invertir $4.
¿Cómo ha hecho para expandir las empresas, con crédito de afuera?
No, nosotros siempre hemos tenido buena situación con los bancos, que me dan una mano porque les pago. Ellos venden plata, yo les pago. Todo lo que se sacó, se sacó de los bancos. Nos apoyan porque siempre les hemos pagado, nunca tenemos problemas. Si quiero comprar un camión saco un préstamo y voy y lo compro. Siempre nos han apoyado, pero con un cumplimiento nuestro de diez.
¿La planta de hormigón abastece solo a la provincia o afuera también?
Cuando tenemos que salir afuera lo hacemos, no hay problema. Si hay que ir al interior a Quimilí, Frías, nos vamos. No tenemos problemas. Esta planta anda si hay obras, si no se mueven las obras, no se puede. Nosotros empezamos con 3 mixer (de hormigón) y hoy tenemos 7 y entonces con más movimiento, más necesidad se tiene que ir viendo. Se mueve la empresa cuando se mueve todo, cuando se paraliza baja también la actividad.
Ahora va a cumplir 75 años, ¿qué proyectos tiene?
Cuando tenga que surgir algo, surgirá, se verá cuáles son las necesidades que hay. Por ahora, a todas las empresas hay que pulirlas, ahora que vienen mis hijos por atrás que lo hagan, el resto está hecho. Todo tiene que avanzar. Nosotros aquí en Lobar la cantera de arena es nuestra, la de piedra es nuestra, el transporte es nuestro, la planta es nuestra, nosotros no compramos nada. Porque todo lo que hacemos se reinvierte, siempre tratamos que las empresas se brinden servicios entre sí.
¿Pero se cobran todo lo que se proveen entre empresas?
Todo se cobra. Si alguien quiere llevar un balde de piedra para otra empresa, se lo facturo. A otro se lo puede regalar, pero a nuestras empresas se los cobro. El transporte nos lleva y nos trae, la concesionaria nos vende los vehículos, siempre tratamos que sean negocios que se compartan. Nosotros, por ejemplo, le facturamos por mes de servicios a LoBruno Estructuras que es independiente, unos $800 mil por mes y lo tienen que pagar. Vemos si se lo cambiamos por estructura, por lo que sea, por provisión de la planta. Tenemos una facturación importante. Pero son un cliente más para nosotros. Después consumimos aquí. El 40% de lo que produce nuestra cantera lo ocupamos nosotros, o sea que tengo un 40% asegurado de lo que produzco.
¿En qué área no le ha ido tan bien o quisiera incursionar con algún plan de negocios?
A mí me ha gustado siempre mucho el campo. Teníamos un campo, pero lo vendimos. Ahora estamos incursionando en hacer un hotel. Es muy a nivel personal el tema del hotel porque yo he hecho todo lo que he hecho siempre toda mi vida para las empresas y nunca he hecho nada para mí. Considero que yo necesito hacer un hotel porque la edad me está avanzando y cuando no pueda trabajar, ¿qué voy a hacer? ¿voy a estar encerrado en casa? La idea es hacer un hotel más para beneficio personal. Si mañana no puedo trabajar más, voy a tener quién me dé de comer, quién me planche y quién me lave, por eso estamos haciendo un hotel frente a la casa de Gobierno. No lo enfoco como negocio, no lo quiero así tampoco. Yo sé que mis hijos me van a atender, que me van a acompañar, que no me van a hacer faltar nada, pero cada uno tiene sus obligaciones. Lo único que quiero es que mañana si ella se va primero, no quiero quedar tirado como un perejil, en el hotel me van a atender por obligación, me van a dar de comer, nos van a lavar, a planchar, uno ya tiene más corta a esta edad.
Hay empresarios que cuando consolidan sus empresas ya se dedican a disfrutar, a viajar, a conocer el mundo…
Mirá no obstante eso yo he viajado mucho con las empresas, nuestros proveedores son de primera línea y siempre nos han dado algo. Entonces he viajado mucho con Ford, con la concesionaria que es la quinta de Sudamérica y está aquí en Santiago, para eso hay que laburar mucho, hemos viajado mucho con ellos, con Acindar, con Siderar, todas empresas grandes una vez al año te sacan una semana y lo que se hace es salir afuera, aprender un montón, estar conectado con gente que sabe más que uno, entonces se tiene la facilidad de estar siempre en contacto con ellos, con gente de primera línea y hablar otro idioma.
¿Qué le falta aprender como empresario?
Todos los días se aprende, siempre te falta aprender algo. Más se aprende cuando se sale afuera, para conocer qué es lo que está pasando afuera, eso es lo importante salir y conocer, porque aquí no vas a conocer mucho más. Te vas afuera a la fábrica, a un lado a otro, se te abre la cabeza. Por supuesto que no vas a estar a la altura de ellos, pero aprender se aprende un montón.
¿Siempre estuvo la idea de querer superarse?
Por supuesto, siempre, sino no vas a poner una empresa. Superarse hay que tratar de superarse todos los días, todos los días vas aprendiendo, modificando, conociendo algo más.
¿Qué momentos complicados tuvo en su vida como empresario?
Si vos tienes que vender, no hay problema en los momentos jodidos. Por eso decía, si vos me dices todo es plata, no, no. No todo es plata, ¿siempre vas a ganar plata? No, no siempre vas a ganar plata. Entonces qué es lo que pasa siempre hay que fijarse qué es lo que se tiene para vender si va mal, entonces siempre si tienes, vendes. Venderás un camión, dos, tres, cuatro, y después sigue. El mal no te va a seguir permanentemente. Cada época tiene un mal, pero después se va. Hay que ver después cómo lo vas a amortizar vos. Pero si no tienes nada…Suponte el caso nuestro, qué es lo que pasa. Tenemos 120 personas, ¿qué pasa si se queda sin trabajo la planta? Porque esto está lindo cuando hay laburo. Pero cuando frena hay un montón de gastos fijos que te comen y entonces tendrás que vender un camión, regalar algo, etc. Pero no te puedes detener en eso y no avanzar porque mañana te puede ir mal, no, pará. No tengo que pensar que me va a ir mal, tengo que pensar que si yo tengo todo lo que se necesita, a lo mejor mañana te puede ir mal y tendrás una baja de gente y venderás uno, dos camiones, darás de baja a la gente y la indemnizarás. Bueno, eso ha pasado en el año 2000. Vendíamos en esa época 50 autos por mes y pasamos a vender 1. Pero entonces indemnizamos a mucha gente, de alguna manera se arreglaba. Después nos hemos vuelto a elevar.
Hay quienes dicen que hay que aprovechar los momentos buenos para invertir, crecer y también guardar para los momentos malos.
No estoy de acuerdo con eso porque si guardas a la empresa no la agrandas. Por eso digo que si quieres crecer como persona y tener plata, está bien, pero no vas a agrandar la empresa. Si ganas dos, inviertes 4, cuando inviertes 4 le pones 8, entonces así nunca se termina, porque te tienes que agrandar. Por ejemplo la ferretería nuestra tiene sucursales en Quimilí, ahora estamos haciendo un local en Las Termas, pero el local cuesta como $6 millones para la ferretería. Hay quien me dice que no lo haga, pero si el negocio me obliga que lo haga ¿no lo hago? Asi como estamos no podemos trabajar, entonces hay que buscar un nuevo local, siempre pasa. Entonces hay que darle al local lo que necesita, no hay plata que alcance. Porque hoy en día el servicio es lo que busca el cliente. Siempre hay que poner, poner y poner. Ahora, si me preguntas, por poner la plata en la empresa ¿vives mal? No. Cuando a vos no te falta vivir bien, después dirás trabajamos 12 horas por día y ¿qué quieres? El caso nuestro es un caso excepcional, cuando nosotros vinimos de Italia no teníamos dónde vivir y a los 6 meses conseguimos una casa, entonces si hemos vivido en una pieza como ésta los 6, los 4 hijos más mis padres, bueno si hoy tienes lo que tienes, andas en auto nuevo, aunque sea una herramienta de trabajo, vives bien, no te falta nada, entonces…
¿Mucho tiene que ver en no perder la conciencia de dónde se viene?
Por supuesto, es lo primero que hay que pensar de dónde se viene. Siempre cuando me preguntan sobre cuál es mi satisfacción, mi mujer me carga diciendo que mi gran amor son las empresas y yo le digo en broma: “con las empresas soluciono todos los problemas, con vos no soluciono nada”…En conclusión, si te dedicas a la empresa, sos de la empresa, lo otro no es que no te importe tu familia, pero es que nunca les das pelota. Yo, cuando nacían mis chicos yo estaba laburando en Rosario, en Buenos Aires, entonces me dirán que los desatiendo, no, no los desatiendo porque si hoy mis hijos están como están es porque yo me he roto todo trabajando para que estén así. Yo les digo, ahora lo de ustedes es fácil, a mí no me ha sido nada fácil, porque empezar de cero es empezar de cero y hay que remarla con Cristo y María Santísima, en cambio teniendo todo…. Ahora, me pueden decir que eran otras épocas, ¡las pelotas que eran otras épocas!, había que laburar sin tener nada. Hoy los chicos están armados, han partido de otra base. Los que han estudiado han estudiado, los que no han querido estudiar, no lo han hecho, entonces es más o menos así la cosa. l
La historia de Salvador Lo Bruno está marcada por el sacrificio, el tesón y la humildad, pero por sobre todo por el trabajo duro, el que lleva a vivir jornadas de hasta doce horas dentro de la empresa. Ese que aún hoy, tras haber dado vida y consolidado a una serie de compañías que están en manos de sus hijos, lo lleva cada mañana a repasar lo que sucede en ellas. A sentarse detrás del escritorio y a tomar decisiones que involucran, también, nuevos proyectos. Ese espíritu pro empresa es el que trajo desde la Italia de posguerra cuando tenía solo 13 años. Y está por cumplir los 75.
“La Argentina es un país bendecido”, dirá a lo largo de la entrevista. También que “en Santiago hay mucho por desarrollar”. A lo largo del diálogo se puede palpar que para este hombre el dinero no lo es todo. Porque si así fuera, quizá podría estar en cualquier parte del mundo disfrutando de la vida. Su real disfrute no pasa por ahí. Su verdadero placer está en hacer. En emprender. En concretar. En ver que sus empresas crecen como lo hacen sus hijos. Ahí está el secreto de don Salvador. En definitiva, en ese valor clave que trajo buena parte de los inmigrantes y que hizo crecer al país: el trabajo.
Para este hombre, en vez de un viaje al Caribe, quizá prefiera poner ese dinero en un camión, en una máquina nueva, en algo que le permita mejorar sus empresas. “La plata no es todo” dirá en un pasaje de la entrevista para luego contar una lección de vida: “Si hemos vivido en una pieza como ésta los 6, los 4 hijos más mis padres, bueno si hoy tienes lo que tienes, andas en auto nuevo, aunque sea una herramienta de trabajo, vives bien, no te falta nada, entonces qué más puedes pedir”. Son dos frases que reflejan su perfil de laburante y emprendedor.
Pero hay un vínculo indeleble que une a don Lo Bruno con ELLIBERAL y que a posteriori resultó clave en su vida. A través de un aviso clasificado del diario, consiguió su primer empleo. Ese que lo hizo con solo 19 años, poseer la mitad de una por entonces gran empresa. Y ese fue el punto de partida para todo lo que vino después. Cuando leyó aquel aviso, tenía 14 años. Y ya había decidido independizarse. Claro está, luego de haber pagado durante un año los U$S650 que la empresa que lo contrató había abonado para permitir su llegada al país. Y ese es otro dato clave en su vida empresaria: “Si pones el trabajo y no jodes a nadie, no te puede ir mal”. Lo que sigue es la entrevista que EL LIBERAL mantuvo con Salvador Lo Bruno, el creador de uno de los grupos empresarios más importantes que se gestó en la provincia en el último medio siglo.
¿Cuándo comienza su vida empresaria y cómo llega a la Argentina?
Yo vengo de Italia en 1950, a los 13 años. Vivíamos en Ionadi, en la provincia de Catanzaro. Mi papá ya estaba aquí. Había venido en el año 48 y nosotros en el 50. Vinimos directo a Santiago. En esa época, tenías que tener alguien que te llame y te asegure vivienda y trabajo, sino no podías venir. Mi madre tenía una hermana que había venido en el año 35 para acá, en la época de la guerra y después de la guerra había que salir de allá porque no había nada que hacer. Una pobreza terrible. Entonces, mi madre le escribió una carta a su hermana y ella le dijo que se venga. Entonces vine llamado por ella.
Primero llegó su padre y luego el resto de la familia…
Vino mi padre, empezó a trabajar aquí. Mi tío el marido de mi tía, era socio de la empresa La Argentina que era una empresa sanitaria. Mi padre empezó a trabajar ahí. Esa empresa para que vengamos nosotros, había pagado U$S630. Por eso cuando vine, trabajé el primer año en la empresa. Tenía 13 años. Vinimos en diciembre y empezamos a trabajar en enero. Trabajé el primer año en la empresa y así devolvimos el pasaje. Nos pagaban en esa época creo que 50 pesos. Yo andaba de ayudante de los plomeros. Era una empresa muy grande, tenían 25 personas permanentes. Hacían todas las instalaciones sanitarias, aguas, cloacas, todo eso. Yo era secretario de un muchacho Núñez que es el padre del arquitecto Núñez. Trabajé un año.
¿Y cómo era el trabajo?
Se trabajaba mucho con cañerías de plomo que eran muy pesadas. Pero un día sale un aviso en el diario. Yo a todo esto en un año había aprendido un montón. Por eso siempre digo: cuando quieras enseñarle a alguien, enseñale porque a esa edad se aprende todo. Un día sale en el diario un aviso que necesitaban un soldador de estaño en la firma Bagnasco, el aviso era en EL LIBERAL. Entonces, me voy a ofrecer como soldador porque ya tenía la experiencia. Y ahí me toman. Trabajé 3 años de empleado. Al cuarto año ya me dieron participación en el taller, con el 30%. Al quinto año, ya tenía 19 años, Bagnasco se trasladó a Salta y puso otro taller. Yo me quedé aquí solo. A esa edad, primero la firma se llamaba R Bagnasco. Era un algarrobo con cuatro chapas, pero después se llamó R Bagnasco y Cia y después se transforma en Bagnasco y Lo Bruno porque ya la sociedad era al 50% cada uno. De ahí pasamos al local del frente.
¿Qué hacían en ese taller?
Lo que hacíamos era radiadores. Don Bagnasco se murió en el 65 y sigo yo la sociedad. A todo esto nos trasladamos a la calle Yrigoyen. Ahí puse los dos negocios que era la Casa del Soldador que estaba a 30 metros de radiadores Bagnasco. En el año 70 se separa la sociedad. Yo me quedo con la Casa del Soldador. Más tarde en el año 78 se transforma en Lo Bruno SA. De ahí nos venimos a la avenida Saenz Peña. En ese lugar empezamos con la parte de gases, oxígeno, transporte, gracias al esfuerzo de toda la familia. Cada uno buscaba el mango y así se arman las otras empresas: Expreso Lo Bruno, Lo Bruno Automotores y en el interín, Lo Bar. Esta se arma en 1985. Es la última. Lo Bruno Estructuras es una empresa que compró mi hijo Ricardo que era Cabe que hacía premoldeados. Cuando se funde, la compramos nosotros. Nos quedamos con la quiebra y Ricardo es el dueño solo de esa empresa. Después está uno de mis hijos en cada empresa. Hilton en la ferretería, en Lo Bruno SA y en Lo Bar. En el transporte está Federico y Felipe en la concesionaria. Todas las empresas son independientes.
¿Cómo ha hecho para que todas las empresas sean exitosas y les vaya bien?
Todo depende del esfuerzo que uno le ponga. Nosotros aquí tenemos 12 horas de trabajo todos los días y los sábados abrimos todo el día. Consideramos que ninguna empresa puede andar mal si uno brinda un servicio bueno. Así, todo lo que se le ponga arriba de la empresa va a resultar. Todo el esfuerzo que se le ponga va a redituar en la empresa. Si se le dedica 12 horas va a rendir por 12 horas. Pero si se le dedica 6 horas, entonces va a rendir menos. La empresa te va a rendir por lo que vos le rindas. Si le pones más el hombro, más va a rendir. La empresa te puede rendir un 110% o un 50%, todo depende de cuánta pelota que uno le dé. Nosotros, entre Lo Bar y la ferretería tenemos 320 personas. Si sumamos las demás empresas de la familia, son como 1500 personas. Entonces, la empresa te va a dar lo que vos le des. Hay que sacarse de la cabeza que la empresa va a andar sola. Y que la empresa va a andar sin que uno ande por atrás, eso no existe.
¿Cuáles han sido los tiempos más difíciles?
Llevo desde el año 50 aquí y siempre ha sido difícil. Pero nunca vas a perder plata, o sea ganarás menos, otro año ganarás más, pero después cuál es el problema de las empresas. Que si querés crecer vos como persona o como empresa. Si lo que quieres es crecer como persona entonces juntá plata y guardala. Pero si te ambiciona la empresa, metela en la empresa. A mí siempre me ha gustado que crezcan
mis empresas y llevarlas hasta la primera división, como en el fútbol. Hacé de cuenta que es un equipo, que se inicia en la décima división. Después hay que subir a la novena, entonces siempre te cuesta pelear. Cuando sos chico peleas con los chicos. Cuando sos grande, peleas con los más grandes y tienes que estar preparado para pelear con los más grandes. Nosotros empezamos de cero. Ahora que nos toca: pelear con los de primera. Lo nuestro todo está para eso, armado para pelear con los de primera, con competencia a nivel de primera. Pero ¿que la empresa va a andar sola? No, qué va a andar sola. Si uno piensa que los demás van a trabajar por uno, está muy equivocado. Hay que trabajar de lunes a lunes, 12 horas por día, incluído los sábados y los domingos. Toda la vida nuestros negocios han abierto sábado a la tarde, no nos conviene. Si digo que nos conviene te miento, pero sí se va a atender al cliente, si se va a brindar un servicio y si el cliente sabe que abres, entonces va. Estás brindando un servicio.
¿Esa filosofía la traspasó también a sus hijos?
Por supuesto, además no tienen la cabeza llena de humo de porque tienen plata no van a laburar. Aquí plata no vemos nunca, siempre hacemos cosas y compramos cosas, la plata está ahí, en un camión, en una máquina, siempre se compra para poder ponerse a la altura de los demás y brindar servicio, yo tengo una planta de hormigón que para mí es la número uno y si no tengo todos los elementos no puedo trabajar, entonces hay que tener los camiones en orden, todo, entonces no hay plata porque se invierte todos los días, no es que se dice hicimos esto y ya está, no todos los días hay que hacer algo. Si se gana $2 hay que invertir $4.
¿Cómo ha hecho para expandir las empresas, con crédito de afuera?
No, nosotros siempre hemos tenido buena situación con los bancos, que me dan una mano porque les pago. Ellos venden plata, yo les pago. Todo lo que se sacó, se sacó de los bancos. Nos apoyan porque siempre les hemos pagado, nunca tenemos problemas. Si quiero comprar un camión saco un préstamo y voy y lo compro. Siempre nos han apoyado, pero con un cumplimiento nuestro de diez.
¿La planta de hormigón abastece solo a la provincia o afuera también?
Cuando tenemos que salir afuera lo hacemos, no hay problema. Si hay que ir al interior a Quimilí, Frías, nos vamos. No tenemos problemas. Esta planta anda si hay obras, si no se mueven las obras, no se puede. Nosotros empezamos con 3 mixer (de hormigón) y hoy tenemos 7 y entonces con más movimiento, más necesidad se tiene que ir viendo. Se mueve la empresa cuando se mueve todo, cuando se paraliza baja también la actividad.
Ahora va a cumplir 75 años, ¿qué proyectos tiene?
Cuando tenga que surgir algo, surgirá, se verá cuáles son las necesidades que hay. Por ahora, a todas las empresas hay que pulirlas, ahora que vienen mis hijos por atrás que lo hagan, el resto está hecho. Todo tiene que avanzar. Nosotros aquí en Lobar la cantera de arena es nuestra, la de piedra es nuestra, el transporte es nuestro, la planta es nuestra, nosotros no compramos nada. Porque todo lo que hacemos se reinvierte, siempre tratamos que las empresas se brinden servicios entre sí.
¿Pero se cobran todo lo que se proveen entre empresas?
Todo se cobra. Si alguien quiere llevar un balde de piedra para otra empresa, se lo facturo. A otro se lo puede regalar, pero a nuestras empresas se los cobro. El transporte nos lleva y nos trae, la concesionaria nos vende los vehículos, siempre tratamos que sean negocios que se compartan. Nosotros, por ejemplo, le facturamos por mes de servicios a LoBruno Estructuras que es independiente, unos $800 mil por mes y lo tienen que pagar. Vemos si se lo cambiamos por estructura, por lo que sea, por provisión de la planta. Tenemos una facturación importante. Pero son un cliente más para nosotros. Después consumimos aquí. El 40% de lo que produce nuestra cantera lo ocupamos nosotros, o sea que tengo un 40% asegurado de lo que produzco.
¿En qué área no le ha ido tan bien o quisiera incursionar con algún plan de negocios?
A mí me ha gustado siempre mucho el campo. Teníamos un campo, pero lo vendimos. Ahora estamos incursionando en hacer un hotel. Es muy a nivel personal el tema del hotel porque yo he hecho todo lo que he hecho siempre toda mi vida para las empresas y nunca he hecho nada para mí. Considero que yo necesito hacer un hotel porque la edad me está avanzando y cuando no pueda trabajar, ¿qué voy a hacer? ¿voy a estar encerrado en casa? La idea es hacer un hotel más para beneficio personal. Si mañana no puedo trabajar más, voy a tener quién me dé de comer, quién me planche y quién me lave, por eso estamos haciendo un hotel frente a la casa de Gobierno. No lo enfoco como negocio, no lo quiero así tampoco. Yo sé que mis hijos me van a atender, que me van a acompañar, que no me van a hacer faltar nada, pero cada uno tiene sus obligaciones. Lo único que quiero es que mañana si ella se va primero, no quiero quedar tirado como un perejil, en el hotel me van a atender por obligación, me van a dar de comer, nos van a lavar, a planchar, uno ya tiene más corta a esta edad.
Hay empresarios que cuando consolidan sus empresas ya se dedican a disfrutar, a viajar, a conocer el mundo…
Mirá no obstante eso yo he viajado mucho con las empresas, nuestros proveedores son de primera línea y siempre nos han dado algo. Entonces he viajado mucho con Ford, con la concesionaria que es la quinta de Sudamérica y está aquí en Santiago, para eso hay que laburar mucho, hemos viajado mucho con ellos, con Acindar, con Siderar, todas empresas grandes una vez al año te sacan una semana y lo que se hace es salir afuera, aprender un montón, estar conectado con gente que sabe más que uno, entonces se tiene la facilidad de estar siempre en contacto con ellos, con gente de primera línea y hablar otro idioma.
¿Qué le falta aprender como empresario?
Todos los días se aprende, siempre te falta aprender algo. Más se aprende cuando se sale afuera, para conocer qué es lo que está pasando afuera, eso es lo importante salir y conocer, porque aquí no vas a conocer mucho más. Te vas afuera a la fábrica, a un lado a otro, se te abre la cabeza. Por supuesto que no vas a estar a la altura de ellos, pero aprender se aprende un montón.
¿Siempre estuvo la idea de querer superarse?
Por supuesto, siempre, sino no vas a poner una empresa. Superarse hay que tratar de superarse todos los días, todos los días vas aprendiendo, modificando, conociendo algo más.
¿Qué momentos complicados tuvo en su vida como empresario?
Si vos tienes que vender, no hay problema en los momentos jodidos. Por eso decía, si vos me dices todo es plata, no, no. No todo es plata, ¿siempre vas a ganar plata? No, no siempre vas a ganar plata. Entonces qué es lo que pasa siempre hay que fijarse qué es lo que se tiene para vender si va mal, entonces siempre si tienes, vendes. Venderás un camión, dos, tres, cuatro, y después sigue. El mal no te va a seguir permanentemente. Cada época tiene un mal, pero después se va. Hay que ver después cómo lo vas a amortizar vos. Pero si no tienes nada…Suponte el caso nuestro, qué es lo que pasa. Tenemos 120 personas, ¿qué pasa si se queda sin trabajo la planta? Porque esto está lindo cuando hay laburo. Pero cuando frena hay un montón de gastos fijos que te comen y entonces tendrás que vender un camión, regalar algo, etc. Pero no te puedes detener en eso y no avanzar porque mañana te puede ir mal, no, pará. No tengo que pensar que me va a ir mal, tengo que pensar que si yo tengo todo lo que se necesita, a lo mejor mañana te puede ir mal y tendrás una baja de gente y venderás uno, dos camiones, darás de baja a la gente y la indemnizarás. Bueno, eso ha pasado en el año 2000. Vendíamos en esa época 50 autos por mes y pasamos a vender 1. Pero entonces indemnizamos a mucha gente, de alguna manera se arreglaba. Después nos hemos vuelto a elevar.
Hay quienes dicen que hay que aprovechar los momentos buenos para invertir, crecer y también guardar para los momentos malos.
No estoy de acuerdo con eso porque si guardas a la empresa no la agrandas. Por eso digo que si quieres crecer como persona y tener plata, está bien, pero no vas a agrandar la empresa. Si ganas dos, inviertes 4, cuando inviertes 4 le pones 8, entonces así nunca se termina, porque te tienes que agrandar. Por ejemplo la ferretería nuestra tiene sucursales en Quimilí, ahora estamos haciendo un local en Las Termas, pero el local cuesta como $6 millones para la ferretería. Hay quien me dice que no lo haga, pero si el negocio me obliga que lo haga ¿no lo hago? Asi como estamos no podemos trabajar, entonces hay que buscar un nuevo local, siempre pasa. Entonces hay que darle al local lo que necesita, no hay plata que alcance. Porque hoy en día el servicio es lo que busca el cliente. Siempre hay que poner, poner y poner. Ahora, si me preguntas, por poner la plata en la empresa ¿vives mal? No. Cuando a vos no te falta vivir bien, después dirás trabajamos 12 horas por día y ¿qué quieres? El caso nuestro es un caso excepcional, cuando nosotros vinimos de Italia no teníamos dónde vivir y a los 6 meses conseguimos una casa, entonces si hemos vivido en una pieza como ésta los 6, los 4 hijos más mis padres, bueno si hoy tienes lo que tienes, andas en auto nuevo, aunque sea una herramienta de trabajo, vives bien, no te falta nada, entonces…
¿Mucho tiene que ver en no perder la conciencia de dónde se viene?
Por supuesto, es lo primero que hay que pensar de dónde se viene. Siempre cuando me preguntan sobre cuál es mi satisfacción, mi mujer me carga diciendo que mi gran amor son las empresas y yo le digo en broma: “con las empresas soluciono todos los problemas, con vos no soluciono nada”…En conclusión, si te dedicas a la empresa, sos de la empresa, lo otro no es que no te importe tu familia, pero es que nunca les das pelota. Yo, cuando nacían mis chicos yo estaba laburando en Rosario, en Buenos Aires, entonces me dirán que los desatiendo, no, no los desatiendo porque si hoy mis hijos están como están es porque yo me he roto todo trabajando para que estén así. Yo les digo, ahora lo de ustedes es fácil, a mí no me ha sido nada fácil, porque empezar de cero es empezar de cero y hay que remarla con Cristo y María Santísima, en cambio teniendo todo…. Ahora, me pueden decir que eran otras épocas, ¡las pelotas que eran otras épocas!, había que laburar sin tener nada. Hoy los chicos están armados, han partido de otra base. Los que han estudiado han estudiado, los que no han querido estudiar, no lo han hecho, entonces es más o menos así la cosa. l