"El remís no frenó, nos hizo volar por el aire y acabó con la vida de mi Almita"
Cristian Nolberto Gómez le contó a EL LIBERAL cómo fue el accidente en el que murió su pequeña hija y quedaron en grave estado su esposa y su bebé de 20 días. Brindó detalles de los conmocionantes minutos posteriores al hecho. Apareció un nuevo testigo de la tragedia.
Con la espalda cubierta de hematomas, ayer Cristian Nolberto Gómez fue a la Justicia porque se presentará como querellante.
“Estoy muy triste. Hace horas que perdí a mi hija. Sólo vivo porque me quedan mi esposa y otro hijito que hoy (ayer) mejoró y me dio alegría”.
El guardiacárcel es una persona que sufre y llora la muerte de su niña, pero el instinto -y fortaleza- de hombre lo mantiene de pie.
“Aquella madrugada veníamos con mi familia de la casa de mi padre, en La Banda. Yo soy bandeño, pero me mudé primero a la calle Gaucho Rivero; ahora al Mariano Moreno Segunda Ampliación”, dijo.
Sueño
Según lo relatado por Gómez, era de madrugada, cuando puso a su hija en el cangurito, una especie de mochila delantera, y allí se durmió al ratito.
Lo acompañaban, su esposa Alejandra Juárez, quien llevaba en brazos al bebé Cristian Elisandro, de apenas dos semanas.
“Veníamos despacio en la moto. En la autopista, en segundos estábamos en el aire”, ahondó Gómez.
“Fue como cuando estoy dormido. Sentía que me estaba cayendo, más y más. Después, recuerdo que me dolía todo el cuerpo. Empecé a gritar preguntando por mi familia”, explicó. A la policía le relató, que tras el choque, el auto le pasó por encima a su hija.
Continuó: “Veía a gente que corría a mi lado.Estaba desorientado; sin idea de la hora, tiempo, lugar”.
Consultado si escuchó algún freno, respondió: “No. No escuché nada”.
Días después del horror, Gómez manifestó que se siente vacío. “No dimensiono bien lo que estamos viviendo. Sigo de pie por Dios y mi familia”.
“Mi fe”
Para el padre de Alma, “estos días no quiero ir a mi casa. Me recuerda que ya no tengo a mi hija Alma”.
Profundizó: “Creo mucho en Dios. Hoy (ayer) un sacerdote fue a bendecir mi casa. Lo propio hice con mi hijo que sigue internado”.
El hombre recibió muchas muestras de solidaridad, lo cual no pasó inadvertido.
“Aún en medio de mi tragedia, agradezco a la gente por muchas muestras de cariño. Me demuestran que hay personas muy nobles; pese a que hoy sólo siento que tengo el corazón roto”, subrayó Gómez.
Requerido sobre su esposa e hijo, detalló: “Mi hijo empezó a orinar. Eso me pone contento. Según los médicos, ya reacciona y los medicamentos dan respuestas”.
No dudó un instante “en agradecer a médicos y enfermeros que nos están tendiendo una mano enorme. Sólo tengo gratitud para con ellos”. En cuanto a su esposa, “ella sabe todo lo que ha sucedido. Me lo pidieron los médicos: no guardarme nada”.
Esposa grave
“Alejandra sigue internada. Ella está muy mal. Sufrió fracturas en la clavícula izquierda y tiene un pulmón perforado”.
No es todo. “También al caer se fracturó el homóplato y se fisuró una costilla”, resaltó Gómez.
A criterio del sobreviviente, su familia está luchando para salir adelante.
“Son horas difíciles. Sólo nos queda rezar. Dios sabrá preservar a mi familia”.
Él también resultó herido, tal cual lo demuestra la espalda que prefiere descubrir un poco de la remera, tal vez para atenuar el dolor. “No me queda otra. Tengo que andar. Hay que ocuparse de estas cosas. Hoy vine al Juzgado a agradecer a la jueza porque hizo mucho por nosotros. La policía y mucha gente colaboró para que el responsable estuviese a disposición de la Justicia”, destacó. Con lentitud, dolorido, Gómez se despidió del juez y abandonó tribunales junto a su abogado, José Sánchez Gerez.
“Estoy muy triste. Hace horas que perdí a mi hija. Sólo vivo porque me quedan mi esposa y otro hijito que hoy (ayer) mejoró y me dio alegría”.
El guardiacárcel es una persona que sufre y llora la muerte de su niña, pero el instinto -y fortaleza- de hombre lo mantiene de pie.
“Aquella madrugada veníamos con mi familia de la casa de mi padre, en La Banda. Yo soy bandeño, pero me mudé primero a la calle Gaucho Rivero; ahora al Mariano Moreno Segunda Ampliación”, dijo.
Sueño
Según lo relatado por Gómez, era de madrugada, cuando puso a su hija en el cangurito, una especie de mochila delantera, y allí se durmió al ratito.
Lo acompañaban, su esposa Alejandra Juárez, quien llevaba en brazos al bebé Cristian Elisandro, de apenas dos semanas.
“Veníamos despacio en la moto. En la autopista, en segundos estábamos en el aire”, ahondó Gómez.
“Fue como cuando estoy dormido. Sentía que me estaba cayendo, más y más. Después, recuerdo que me dolía todo el cuerpo. Empecé a gritar preguntando por mi familia”, explicó. A la policía le relató, que tras el choque, el auto le pasó por encima a su hija.
Continuó: “Veía a gente que corría a mi lado.Estaba desorientado; sin idea de la hora, tiempo, lugar”.
Consultado si escuchó algún freno, respondió: “No. No escuché nada”.
Días después del horror, Gómez manifestó que se siente vacío. “No dimensiono bien lo que estamos viviendo. Sigo de pie por Dios y mi familia”.
“Mi fe”
Para el padre de Alma, “estos días no quiero ir a mi casa. Me recuerda que ya no tengo a mi hija Alma”.
Profundizó: “Creo mucho en Dios. Hoy (ayer) un sacerdote fue a bendecir mi casa. Lo propio hice con mi hijo que sigue internado”.
El hombre recibió muchas muestras de solidaridad, lo cual no pasó inadvertido.
“Aún en medio de mi tragedia, agradezco a la gente por muchas muestras de cariño. Me demuestran que hay personas muy nobles; pese a que hoy sólo siento que tengo el corazón roto”, subrayó Gómez.
Requerido sobre su esposa e hijo, detalló: “Mi hijo empezó a orinar. Eso me pone contento. Según los médicos, ya reacciona y los medicamentos dan respuestas”.
No dudó un instante “en agradecer a médicos y enfermeros que nos están tendiendo una mano enorme. Sólo tengo gratitud para con ellos”. En cuanto a su esposa, “ella sabe todo lo que ha sucedido. Me lo pidieron los médicos: no guardarme nada”.
Esposa grave
“Alejandra sigue internada. Ella está muy mal. Sufrió fracturas en la clavícula izquierda y tiene un pulmón perforado”.
No es todo. “También al caer se fracturó el homóplato y se fisuró una costilla”, resaltó Gómez.
A criterio del sobreviviente, su familia está luchando para salir adelante.
“Son horas difíciles. Sólo nos queda rezar. Dios sabrá preservar a mi familia”.
Él también resultó herido, tal cual lo demuestra la espalda que prefiere descubrir un poco de la remera, tal vez para atenuar el dolor. “No me queda otra. Tengo que andar. Hay que ocuparse de estas cosas. Hoy vine al Juzgado a agradecer a la jueza porque hizo mucho por nosotros. La policía y mucha gente colaboró para que el responsable estuviese a disposición de la Justicia”, destacó. Con lentitud, dolorido, Gómez se despidió del juez y abandonó tribunales junto a su abogado, José Sánchez Gerez.