Cáritas Diocesana de Añatuya: Hace 50 años que acercan ayuda y esperanza
Al año de haber fundado la diócesis de Añatuya, Monseñor Jorge Gottau, invitó el 16 de enero de 1962 a miembros de la comunidad añatuyense a formar un grupo que dirigido por él, tendría como misión ayudar a los hermanos que se encontraban sufriendo necesidades tanto materiales como espirituales. De esa manera nació la Fraterna Ayuda Cristiana (FAC), cuya primera comisión estaba integrada por la directora María S. de Esquef, la vicedirectora Ester A. de Latapie; la secretaria Electra A. de Leguizamón, la prosecretaria Elda Inés A. de Eschiaffi; el tesorero, Clemente Lomero; el protesorero Julio C. Ibáñez, y los vocales: Martina A. de Martelossi, Delia Castro de Basile, Angélica G. de Depetris, Nilda E. de Abitbol, Lidia C. de Rodríguez, Petrona de Góngora, Dorina E. de Martínez, Matilde F. de Sosa, Teresa V. de Valdez, Delicia D. de Viteta, Graciela B. de Ávila, Mirta y Mercedes Bazán, Gilda Leguizamón, Ester Elida Saccone y Gerardo Seri.
En octubre de 1966 la FAC renueva su comisión, la que continuó con las actividades de la institución bajo la denominación de Cáritas Diocesana de Añatuya, integrándose de esta manera a Cáritas Nacional.
En el año 1969 asumió como directora Crescencia López, una joven española a quien recuerdan como la segunda mejor animadora que tuvo Cáritas después de monseñor Jorge Gottau, por su profundo amor a los pobres.
A partir de ese momento las actividades que realizó esta institución son innumerables. En ese período se formaron las comisiones barriales de Cáritas llamadas hoy Cáritas de barrios.
Se trabajó con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y con la secretaria de Acción Social de la Provincia administrando y coordinando los comedores infantiles donde se atendía a más de 4.000 niños de toda la Diócesis, y se entregaba un refuerzo alimentario a niños y ancianos, gracias al trabajo voluntario de más de 150 mujeres.
Se construyeron viviendas a no videntes de distintos puntos de la diócesis y a familias de escasos recursos mediante el plan de ayuda mutua y esfuerzo compartido, con el objetivo de erradicar la vivienda rancho, trabajo que hoy se continúa desarrollando.
Durante junio y septiembre se trabaja con las colectas de Cáritas y Más por Menos y con el acompañamiento de capacitadores de Cáritas Nacional se estudia la Doctrina Social de la Iglesia.
Las actividades no cesan. Y todos los años, para esta época Cáritas invita a las familias añatuyenses a vivir una Navidad Solidaria, a través de la donación de una caja con ropa, calzado y juguetes para los más pequeños. “Sabemos que las familias pueden conseguir los alimentos para la cena de Nochebuena, pero pocas veces pueden comprar regalos para sus hijos. Gracias a Dios, el año pasado repartimos 100 cajas solidarias”.
La gente que trabaja en Cáritas Diocesana de Añatuya lo hace impulsado por el espíritu del voluntariado y con la misión no sólo de asistir a las familias en sus urgencias, sino de promover entre ellos la dignidad. “Dios nos ha regalado talentos y valores. Nosotros tratamos de que las familias descubran que juntas pueden salir adelante”, remarca Delia Ibáñez de Figueroa, directora de Cáritas, desde hace 9 años.
La diócesis de Añatuya tiene un radio de acción de 72.000 km cuadrados, y a lo largo de estos 50 años los distintos voluntarios han recorrido cada uno de sus rincones llevando ayuda y esperanzas. Sólo en la sede de Cáritas, se atendieron el año pasado, las necesidades materiales y espirituales de cerca de 4.500 personas, a las que se suman las miles que llegan a las Cáritas parroquiales. Un trabajo para celebrar.
La actual comisión de Cáritas Diocesana de Añatuya está integrada por el presidente Mons. Adolfo Uriona, la directora Delia Ibáñez de Figueroa; la vicedirectora Mercedes Ibáñez, la vicedirectora Mónica Herrera, la tesorera Lucrecia Herrera, la secretaria Mónica Aseguín, la prosecretaria Verónica Caro, la revisora de cuentas Hna. Eugenia Giampaoletti, los vocales Etelvina Carrión, Leonardo Pollán, Beatriz Carrión, y el grupo de apoyo compuesto por José Campos, Verónica Herrera, Mirta Fagali, Miguel Giménez, Carmen Verón, María Eugenia Buenaga, Mirta Ledesma y Rosa Ponce.
En octubre de 1966 la FAC renueva su comisión, la que continuó con las actividades de la institución bajo la denominación de Cáritas Diocesana de Añatuya, integrándose de esta manera a Cáritas Nacional.
En el año 1969 asumió como directora Crescencia López, una joven española a quien recuerdan como la segunda mejor animadora que tuvo Cáritas después de monseñor Jorge Gottau, por su profundo amor a los pobres.
A partir de ese momento las actividades que realizó esta institución son innumerables. En ese período se formaron las comisiones barriales de Cáritas llamadas hoy Cáritas de barrios.
Se trabajó con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y con la secretaria de Acción Social de la Provincia administrando y coordinando los comedores infantiles donde se atendía a más de 4.000 niños de toda la Diócesis, y se entregaba un refuerzo alimentario a niños y ancianos, gracias al trabajo voluntario de más de 150 mujeres.
Se construyeron viviendas a no videntes de distintos puntos de la diócesis y a familias de escasos recursos mediante el plan de ayuda mutua y esfuerzo compartido, con el objetivo de erradicar la vivienda rancho, trabajo que hoy se continúa desarrollando.
Durante junio y septiembre se trabaja con las colectas de Cáritas y Más por Menos y con el acompañamiento de capacitadores de Cáritas Nacional se estudia la Doctrina Social de la Iglesia.
Las actividades no cesan. Y todos los años, para esta época Cáritas invita a las familias añatuyenses a vivir una Navidad Solidaria, a través de la donación de una caja con ropa, calzado y juguetes para los más pequeños. “Sabemos que las familias pueden conseguir los alimentos para la cena de Nochebuena, pero pocas veces pueden comprar regalos para sus hijos. Gracias a Dios, el año pasado repartimos 100 cajas solidarias”.
La gente que trabaja en Cáritas Diocesana de Añatuya lo hace impulsado por el espíritu del voluntariado y con la misión no sólo de asistir a las familias en sus urgencias, sino de promover entre ellos la dignidad. “Dios nos ha regalado talentos y valores. Nosotros tratamos de que las familias descubran que juntas pueden salir adelante”, remarca Delia Ibáñez de Figueroa, directora de Cáritas, desde hace 9 años.
La diócesis de Añatuya tiene un radio de acción de 72.000 km cuadrados, y a lo largo de estos 50 años los distintos voluntarios han recorrido cada uno de sus rincones llevando ayuda y esperanzas. Sólo en la sede de Cáritas, se atendieron el año pasado, las necesidades materiales y espirituales de cerca de 4.500 personas, a las que se suman las miles que llegan a las Cáritas parroquiales. Un trabajo para celebrar.
La actual comisión de Cáritas Diocesana de Añatuya está integrada por el presidente Mons. Adolfo Uriona, la directora Delia Ibáñez de Figueroa; la vicedirectora Mercedes Ibáñez, la vicedirectora Mónica Herrera, la tesorera Lucrecia Herrera, la secretaria Mónica Aseguín, la prosecretaria Verónica Caro, la revisora de cuentas Hna. Eugenia Giampaoletti, los vocales Etelvina Carrión, Leonardo Pollán, Beatriz Carrión, y el grupo de apoyo compuesto por José Campos, Verónica Herrera, Mirta Fagali, Miguel Giménez, Carmen Verón, María Eugenia Buenaga, Mirta Ledesma y Rosa Ponce.