Un peón asesinó a su patrón con una escopeta por haberle gritado
Cinco transportistas fueron testigos de las amenazas y del fatal desenlace posterior. El trabajador no se resistió al arresto y entregó el arma homicida.
“El único que me ha gritado ha sido mi padre y se murió hace 50 años. Yo soy una persona mayor y a mí no me grita nadie. Le voy a pegar un tiro”. La amenaza del puestero Alberto Bonifacio Martínez, de 72 años, la escuchó sólo uno de los cinco transportistas que habían ido al campo a buscar la hacienda. Enseguida, el peón caminó 50 metros hasta su casa: tomó una escopeta doble caño -calibre 28- y volvió a la manga, donde estaban cargando el ganado de la firma de Marcos Jorge Pizarro Costa Paz (38), su patrón.
“Martínez, ¡vamos!”, intentó apaciguar la víctima, integrante de una tradicional familia de Buenos Aires que posee más de mil hectáreas de campo en Ayacucho. Pero ni bien lanzó esas palabras recibió como respuesta un disparo de perdigones en el cuello.
La tragedia se desencadenó el miércoles a las cuatro de la tarde en el establecimiento rural “El Micheo”, ubicado en el partido de Gonzales Chaves (sudeste bonaerense), cerca de Tres Arroyos.
Al momento del hecho había siete testigos, que ya declararon ante el fiscal Gabriel Lopazzo.
Aquella tarde, Pizarro Costa Paz -quien vivía en Capital Federal- había ido a buscar la hacienda con cinco camiones, porque el contrato de arrendamiento del campo se vencía al día siguiente. Había trabajado tres años en el lugar.
Pero las cosas no fueron simples. El peón Martínez, que vivía solo en el mismo puesto desde hacía 30 años -su esposa tiene una casa en la vecina localidad de San Cayetano- discutió fuerte con Pizarro Costa Paz.
Ya lo habían hecho en otras oportunidades, según los testimonios recogidos en la Fiscalía.l
“Martínez, ¡vamos!”, intentó apaciguar la víctima, integrante de una tradicional familia de Buenos Aires que posee más de mil hectáreas de campo en Ayacucho. Pero ni bien lanzó esas palabras recibió como respuesta un disparo de perdigones en el cuello.
La tragedia se desencadenó el miércoles a las cuatro de la tarde en el establecimiento rural “El Micheo”, ubicado en el partido de Gonzales Chaves (sudeste bonaerense), cerca de Tres Arroyos.
Al momento del hecho había siete testigos, que ya declararon ante el fiscal Gabriel Lopazzo.
Aquella tarde, Pizarro Costa Paz -quien vivía en Capital Federal- había ido a buscar la hacienda con cinco camiones, porque el contrato de arrendamiento del campo se vencía al día siguiente. Había trabajado tres años en el lugar.
Pero las cosas no fueron simples. El peón Martínez, que vivía solo en el mismo puesto desde hacía 30 años -su esposa tiene una casa en la vecina localidad de San Cayetano- discutió fuerte con Pizarro Costa Paz.
Ya lo habían hecho en otras oportunidades, según los testimonios recogidos en la Fiscalía.l