Las consecuencias pueden ser traumáticas para las jovencitas

Aunque en la inmensa mayoría de los casos los adolescentes hacen esos envíos sin ninguna malicia, el resultado puede llegar a ser catastrófico. Una vez enviada una imagen sexualmente explícita es imposible su control.
Si ésta cae en manos de desaprensivos, lo que suele ser cada día más frecuente, los adolescentes pueden ser sometidos a acoso escolar e incluso a chantaje sexual.
El daño emocional para el adolescente cuando una de esas imágenes se hace pública, entre sus compañeros de escuela, por ejemplo, o permite que alguien le someta a chantaje puede llegar a ser inmenso. Incluso hay documentados casos de suicidio entre adolescentes por esta causa. l
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