JUEGA EN VÉLEZ SARSFIELD Y EN LA SELECCIÓN NACIONAL DE VOLEY

Agostina Soria: una santiagueña que se anima a soñar

Nació en Santiago, se crió en Tucumán y ahora está en Capital Federal, donde está edificando una carrera deportiva brillante.

Agostina Soria tiene demasiadas medallas y trofeos para sus jóvenes 15 años. Los consiguió jugando al vóley, su pasión desde niña, el legado de sus padres que le inculcaron la actividad física como forma de vida.
Nació en Santiago del Estero, más precisamente en el desaparecido sanatorio San Martín, pero se crió en Tucumán, donde empezó a jugar al vóley y a ganarse un lugar en la consideración nacional. Hoy vive en Capital Federal, donde viste la camiseta de Vélez Sarsfield y de la selección argentina.
“Mi papá (Augusto Soria) jugaba al básquet en el Inti Club y mi mamá (Irma Gómez) en Olímpico al voley. Ellos influenciaron a mi hermana mayor (Ivana) para que juegue al vóley y también a Silvina, mi otra hermana. Yo nací en una cancha de vóley, porque aprendí a caminar en el Club Tucumán y Gimnasia. Además, iba al Colegio Pellegrini, que tenía una escuelita de vóley”, comentó.
Al ser consultada si alguna vez jugó en Santiago, comentó: “No, nunca. Sólo vine a Ateneo, porque se hizo un campus en el 2011 de Kiko Méndez Paz. Se iba a hacer en Tucumán, pero su política deportiva no es tan buena y Gerardo Zamora ayudó para que se haga en Santiago”.
En el 2012, Agostina recibió dos ofertas: de Vélez Sarsfield y de San Guillermo, Santa Fe. Y se inclinó finalmente por la entidad de Liniers, donde se convirtió en capitana y referente. “Vélez es uno de los mejores clubes al lado de Boca y de Freyre. Cuando llegué, mis compañeras decían que era un queso (se ríe), pero en Vélez aprendí un montón. Gané muchos premios. En sub14 ganamos todo y en sub16 salimos subcampeones”, explicó.
Sus condiciones la llevaron a la selección nacional, que el año pasado logró el subcampeonato sudamericano detrás de Brasil. “Antes del torneo estuvimos una semana en Brasil y jugamos varios amistosos. Uno les ganamos 3 a 0 y estaban enojadísimos, porque no les gustaba perder. Cuando llegó el Sudamericano, nos enfrentamos dos veces. Y en la final, perdimos en tie break”.
De cara al 2014, comentó acerca de sus objetivo. “Este año, primero que nada espero aprender, progresar. Y con la selección, me gustaría llegar al Mundial. Nosotros tenemos tres plazas en el Sudamericano, de septiembre, pero todavía no se sabe dónde”.
Por último, destacó el respaldo familiar. “Me gusta mucho Santiago. Conocí mucha gente. Pero más que nada la pasé con la familia, que me apoya a full. Mi tío Daniel es el más compinche. Mi bisabuela también. Mi tío Esteban presume conmigo”, expresó gratificada.
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