El Monasterio Benedictinas "Madre de la Unidad" cumplirá 50 años en la provincia
Hoy, cinco monjas de clausura le dan vida a la institución. Su intachable presencia en Santiago cumplirá sus Bodas de Oro el próximo 7 de julio.
El Monasterio Benedictinas cumplirá 50 años de servicio el próximo 7 de julio, y las monjas benedictinas de clausura que hoy se encuentran dándole vida a este lugar, quisieron mostrar, a través de EL LIBERAL, cuál es el sentido de su existencia en Santiago y compartir cómo transcurren sus días, aisladas de la comunidad.
“Somos monjas benedictinas de clausura, y nuestra tarea fundamental es la oración. El monasterio cumplirá 50 años el próximo 7 de julio. Las hermanas que vinieron desde Italia para fundar este monasterio vinieron con esa misión: la de la oración. Fue monseñor Manuel Tato quien fue a buscar monjas para la Diócesis de Santiago del Estero. Él necesitaba que en la Diócesis haya un monasterio de clausura, monjas que se dediquen solamente a rezar, y así se contacta con la madre María Giovanna Dore, quien en ese momento era la creadora de la Congregación Mater Unitatis en Italia. Allí le pide si podían enviar monjas para su Diócesis y ante la aceptación, un 20 de junio llegaron cinco hermanas a la Argentina, y el 7 de julio llegaron a Santiago del Estero, y desde entonces queda establecida la fundación del monasterio”, contó la priora, hermana María Mectildis Figueroa, al recordar la creación de la institución, que tiene su sede en el barrio América del Sur.
“En un principio las hermanas vivieron en una casona vieja que se encontraba en el mismo predio en el que hoy se encuentran. Mientras los días transcurrían se fue refaccionando hasta que se hizo el nuevo Monasterio, el nuevo edificio, siempre en el mismo predio”, agregó.
A pesar de su estilo de vida, la hermana María cuenta que “de alguna manera siempre estuvimos ligadas a las otras comunidades de Santiago del Ester”.
“El hecho de que seamos monjas de clausura a veces no nos permite participar de asambleas y reuniones que organizan los religiosos de la Diócesis, pero muchas veces hicieron esas reuniones en el monasterio para que nosotras podamos participar. Además la casa está abierta para todos lo que nos quieran visitar, recibimos huéspedes, gente que quiere descansar y hacer un día de retiro, o rezar. Hay gente que viene a buscar una palabra de aliento y nosotros se la brindamos porque de alguna manera esta es nuestra misión”, explicó la religiosa. l
“Somos monjas benedictinas de clausura, y nuestra tarea fundamental es la oración. El monasterio cumplirá 50 años el próximo 7 de julio. Las hermanas que vinieron desde Italia para fundar este monasterio vinieron con esa misión: la de la oración. Fue monseñor Manuel Tato quien fue a buscar monjas para la Diócesis de Santiago del Estero. Él necesitaba que en la Diócesis haya un monasterio de clausura, monjas que se dediquen solamente a rezar, y así se contacta con la madre María Giovanna Dore, quien en ese momento era la creadora de la Congregación Mater Unitatis en Italia. Allí le pide si podían enviar monjas para su Diócesis y ante la aceptación, un 20 de junio llegaron cinco hermanas a la Argentina, y el 7 de julio llegaron a Santiago del Estero, y desde entonces queda establecida la fundación del monasterio”, contó la priora, hermana María Mectildis Figueroa, al recordar la creación de la institución, que tiene su sede en el barrio América del Sur.
“En un principio las hermanas vivieron en una casona vieja que se encontraba en el mismo predio en el que hoy se encuentran. Mientras los días transcurrían se fue refaccionando hasta que se hizo el nuevo Monasterio, el nuevo edificio, siempre en el mismo predio”, agregó.
A pesar de su estilo de vida, la hermana María cuenta que “de alguna manera siempre estuvimos ligadas a las otras comunidades de Santiago del Ester”.
“El hecho de que seamos monjas de clausura a veces no nos permite participar de asambleas y reuniones que organizan los religiosos de la Diócesis, pero muchas veces hicieron esas reuniones en el monasterio para que nosotras podamos participar. Además la casa está abierta para todos lo que nos quieran visitar, recibimos huéspedes, gente que quiere descansar y hacer un día de retiro, o rezar. Hay gente que viene a buscar una palabra de aliento y nosotros se la brindamos porque de alguna manera esta es nuestra misión”, explicó la religiosa. l