Por la Dra. Hebe Luz Ávila

Canciones folclóricas y los gentilicios

La primera vez que vi el gentilicio validado en la letra de una canción folclórica fue en uno de los primeros ?y prolijos ? aportes de mi amigo Juan María Martínez Gramajo: "De Otumpa, sería OTUMPEÑO/NA. La Chacarera La OTUMPEÑA, de Marcelo Toledo, gran éxito de los Manseros santiagueños. No menciona el gentilicio pero sí su título y al final refiere "campesina de Otumpa". Le paso la letra?" En la bibliografía académica Hasta aquí yo había releído gran cantidad de bibliografía de Santiago del Estero, en la que solo había hallado topónimos (nombres de lugares), y casi ningún gentilicio. Hacía poco había revisado y corregido la edición en una colección de diez tomos de la obra de Orestes Di Lullo, y como tenía las obras digitalizadas, me fue más fácil buscar, pero ¡maimanta gentilicios! No sería en los libros donde iba a encontrarlos. Y eso significaba un gran problema para alguien acostumbrada a trabajos académicos, donde lo que se asevera es validado por las citas de autores respetados. En esta línea, mi amigo Antonio Castiglione, estudioso incansable, me acercó unos datos muy interesantes sobre el gentilicio SANTIAGUEÑO que aparecía ya en 1781, en "La saga de la Historia Natural de la provincia del Gran Chaco, sus prácticas, y las costumbres de los pueblos que la habitan", del jesuita Giuseppe Jolis. Allí, llamaba, en italiano, "i santiagheti" a los habitantes de Santiago del Estero que por entonces luchaban contra las inundaciones del río, recolectaban miel, cera, y utilizaban la cochinilla . Igualmente, M. A. Belmar, en su obra "Les Provinces de la Fédération Argentine et Buenos-Ayres, Description Générale De Ces Pays, Sous le Rapport Geographique, Historique, Commercial, Industriel et Sous Celui de la Colonisation ...", París, 1856, pág. 64 , se refiere en francés a "les santiagéniens", de los que señala que son industriosos, saben fabricar excelentes piezas de lana y algodón y de bellos colores, aunque las mujeres son en general más laboriosas que los hombres. Un valioso descubrimiento del Dr. Antonio Castiglione para sus libros de historia, generosamente aportado para este proyecto, pero que, para un Diccionario de Gentilicios, resultará apenas un dato al margen. Diversas formas de un mismo gentilicio Ya sabía que el trabajo de campo era ineludible. Pero en gran cantidad de lugares, distintos informantes me daban dos versiones (y hasta tres o más) del gentilicio: AVERIEÑO/AVERIENSE (de Averías Dpto. Taboada), AYUNCHERO /AYUNCHEÑO (de Ayuncha, Dpto. Loreto), BURROPOCERO/ BURROPOCEÑO (de Burro Pozo, Dpto. San Martín), FIGUEROANO / FIGUEROENSE (del Dpto. Figueroa), QUIROGUEÑO / QUIROGUENSE (Los Quiroga, Dpto. Banda). Busqué entonces en los periódicos? y otra vez solo hallé topónimos y unos pocos casos de gentilicios usados en expresiones que podríamos llamar "oficiales", como "Liga TERMENSE de fútbol"o "Concejal termense". Y en mis registros tenía varios informantes que habían determinado TERMEÑO. Pero entonces, en una nota sobre la inauguración del aeropuerto, leo en EL LIBERAL que el Intendente de Las Termas de Río Hondo le expresa a la presidente de la Nación que "TERMEÑOS Y TERMEÑAS están muy emocionados." Desde entonces, y tras larga serie de experiencias similares, determiné que las fuentes deberían ser orales, y adopté una precisa indicación, que la digo a todos los informantes: "NO DEBEMOS SUPONER NI INVENTAR GENTILICIOS cuando buscamos gentilicios para este Diccionario. En Lingüística, este tipo de trabajos se hacen oyendo o leyendo lo que dicen los pobladores del lugar. Los que conocen, y en la forma en que lo usen ellos. NUNCA CORREGIR. No hay reglas de buen uso en el gentilicio. Lo correcto es lo que dice la gente, la dueña del gentilicio, pues ellos se vigorizan como comunidad, aferrados a ese gentilicio como si fuera una bandera de identidad". Sin embargo, seguía recibiendo versiones distintas sobre el gentilicio en un mismo lugar: TELAREÑO / TELARENSE (de Los Telares, (Dpto. Salavina), MONTEREDONDERO //MONTEREDONDEÑO (de Monte Redondo, Dpto. Río Hondo). También comenzamos a recurrir a los carteles como un recurso para validar gentilicios. Así, el cartel en un colectivo: EL BANDEREÑO (de Bandera Bajada, Dpto Figueroa), Bienvenidos a la 92,5 La CHILQUEÑA, o Cooperativa apícola agropecuaria La BREAPOCEÑA LTDA. En las letras del folclore Muchísimo tiempo me llevó encontrar gentilicios en las letras de canciones folclóricas. Mi amigo Alberto Bravo de Zamora tuvo la amabilidad de acercarme hasta mi domicilio un ejemplar del Cancionero Popular Santiagueño, publicado por el Superior Gobierno de la Provincia de S E. En sus 200 páginas solo hallé "Santiagueño no ha ser?", y no más de cinco gentilicios diferentes. Muchos topónimos pero? el Diccionario debía ser de gentilicios. Me alegré cuando, luego de varias horas de búsqueda en internet, y de leer todas las letras que mi amigo Nono Ocaranza Zavalía tiene en su Folklore del Norte Argentino, hallé "La Olvidada", chacarera de Atahualpa Yupanqui. Y registré: "un criollo barranqueño, que ya no hai? ver los jumiales" y "paisano salavinero". Pero consultaba decenas de letras y los gentilicios no llegaban a la decena. Así no íbamos a andar. Un amigo "de fierro", Corocho Tévez, que siempre está haciendo llegar sus valiosos aportes, me acercó un extenso listado, en el que figuraban Corazón ATAMISHQUEÑO, chacarera de Leo Dan, La BANDEÑA, zamba de Oscar Valles, La HUAICOHONDEÑA, zamba de Mario Álvarez Quiroga y varios más. Otros aportes de mi amigo Martínez Gramajo me entusiasmaban por momentos. Entre ellos: Sumampa: SUMAMPEÑO, en el "Gatito del vidalero (Gato) de Julio Domingo Acuña: "Bailen este gatito los sumampeños?" Sumamao: SUMAMEÑO, en la "Chacarera del cantar", de Mario Arnedo Gallo: "?y mi bombo sumameño/ regalo de Luis Billaud". Pero otro día cooperaba con: Sumamao: SUMAMERO, en "El Ventajao", gato de J. A. Díaz: "El ventajao lo llamaron en el pago SUMAMERO" Así yo, que me pasaba horas buscando ejemplos similares, terminé comprobando que también en las letras folclóricas aparecía esta inseguridad en la forma del gentilicio. ¡Mucho tiempo para conseguir no más de 5 ó 6 gentilicios en letras del folclore y ?encima, con dualidad de formas! Iba a abandonar este recurso, cuando apareció un nuevo amigo virtual: Jorge Galián Chazarreta, quien "ametralló" mi cuadro de mensajes privados con una increíble variedad de citas que resultaron ya un recurso irrebatible: "El ROBLEÑO" (gato), con letra de Juan Carlos Carabajal y música de Miguel Simón; "Mañanitas LORETANAS" (zamba), con letra de Ramón García y música de Pedro Giménez; Corazón SALAVINERO, de Horacio Banegas; etc., etc. Y así hasta el insuperable "Gatito de cualquier parte", con letra de Juan Carlos Carabajal y música de Orlando Gerez: "Aunque soy de Santiago pueden llamarme BANDEÑO. Soy también de Atamishqui AÑATUYENSE y COPEÑO y no me he de enojar si dicen que soy TERMEÑO. Soy de aquí soy de allá y cualquier lugar me da igual para andar y se vivir en Melero, Campo Gallo en Ojo de Agua y en Mailín. Yendo por Llajta Mauca me dirán SILIPIQUERO. Eso sí, no han de errar si me llaman SANTIAGUEÑO. Si voy por las Tinajas sospechan que soy CHOYANO y comiendo un rosquete me siento bien LORETANO (?) Ocho gentilicios en un gatito muy pegadizo fue todo un regalo del cielo. Con el tiempo, ya tenemos unas cincuenta citas de letras del folclore. Y seguramente debió ser así: las letras del folclore debían suplantar preferentemente a la cita académica en este Diccionario tan especial, porque ya comprobamos acabadamente que el gentilicio es ?definitivamente- parte del folclore, palabra que etimológicamente significa "acervo, cultura del pueblo". Así lo determina el Dr. Luis Pedro Barcia, mentor de este proyecto, cuando señala: "Esas voces no suelen aparecer en los diccionarios, o solo se asoman las que mentan a quienes han nacido en las capitales o urbes más importantes, pero el resto, que anima en pueblos, en localidades pequeñas, en sitios olvidados hasta de las rutas, en pagos perdidos, esos quedan en la anonimia. Quedan "sin bautismo" de origen. Es un derecho cívico y un derecho humano de toda persona tener su nombre personal y su nacionalidad; agreguémosle, con los gentilicios, su nombre pueblerino o ciudadano. Es una contribución democrática. Estimo que los Gobiernos Provinciales podrían partir de este trabajo para hacer un reconocimiento oficial de los gentilicios de su país chico.". l
Ir a la nota original

MÁS NOTICIAS