CRIMEN DE VIVIANA HIMELFARB

De la ira, a una sangrienta hoguera humana en el sur

Asesinó a la esposa, dejó malheridos a sus dos hijos y quemó su casa

El 14 de junio, Sequeira cerró todas las puertas y ventanas. Mató a su mujer, luego atacó a los niños y no los mató, de milagro. Entonces, esparció el gasoil en toda la casa y le prendió fuego. Asumiéndose satisfecho con la faena, se encerró en una habitación y se acostó. Horas después la policía lo descubrió semiasfixiado.

Debajo, halló el cuerpo casi carbonizado de su mujer.

Los niños fueron internados y salvaron su vida, merced a Dios y a los médicos del Cepsi. Hoy, criados por los tíos, intentan regresar a una vida medianamente normal.

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