Poema de María Rosa Ledesma
A Julio Salgado
Me visto y me desvisto del poema
en impertinente pretensión de revelarte
En huellas de “Frías Catábasis”
He traveseado a leerte
remolinada en tus versos
cai
go
en la tela-araña entintada
de tus letras
Marcan herencia onírica
de aquel antepasado
Muestran en mundos libertos de la norma
subterraneadas conquistas
desnudándose en poesía
Invitan a varar
en la contemplación del poniente
anclarme en añoranzas suspendidas
Poema viajado en la memoria
en la libido presente
Pinceladas remiendan
los cuadros del olvido
obstinados a no morir
Calcan el paisaje inconfundible
de cuantiosas herencias
Geografías en movimientos de montes
sacuden olores recorridos
Biografías de trenes en noches de aparecidos
máquina oxidada de tiempos
de ausencias
pujando en ser luz
Cinturas de musas
en iniciados rituales
multiplican la magia
de cuerpos reales
Si no lo escribes
lo pierdes
feroz manera de quedarte
Personajes enraizados
en huellas de culebras
hacen agua
a tu río Albigasta
Animales que transmutan a leyendas
en cortejos interludicos
pueblan la urdimbre
de los sueños
Mi asombro se cuaja
en tu rodar descalzo
abrazador fiel de la historia
Rapsodas tu primigenia tierra
al universo
Mudos alaridos del pozo inerte
son los ecos de Julio
concibiendo quimeras
Es el renacer en su patria chica
plantar banderas
En tu voz se empotran
las raíces
las espinas
las piedras fundacionales
de Frías.