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Joven santiagueño toca el violín para enfermos terminales

Un bioquímico de 27 años contó su experiencia a EL LIBERAL.

José Ignacio Leguizamón es un joven de 27 años, quien está radicado en Tucumán. En comunicación con EL LIBERAL, contó su experiencia sobre el video viral donde se lo ve ejecutando una zamba en una sala de enfermos críticos.

“Soy santiagueño pero estoy radicado en Tucumán – comienza contando José – Soy bioquímico. Me recibí y estoy finalizando un posgrado en endocrinología. Estoy haciendo la residencia en especialización en bioquímica clínica. Esto consiste en ir rotando por distintas secciones de los hospitales tucumanos”, indicó.

En el video, que ya fue visto por cientos de personas, José interpreta la zamba “La 7 de abril” en la unidad de cuidados críticos del Hospital Centro de Salud Zenón J. Santillán, donde ya concluyó su rotación. “Fue parte de una intervención que hicimos con doble fin. Primero, llevarles a los pacientes un estímulo distinto al cual están acostumbrados al estar tanto tiempo internados y también, evaluar su reacción clínica ante dicho estímulo”, explicó el profesional.

La idea surgió del propio joven y se lo propuso en ese momento a su instructora, la Dra. Rita Garnica. “Quería conocer el estado de los pacientes y su relación con el medio que los rodeaba. Son pacientes críticos que pasan mucho tiempo internados. Eso produce desequilibrio y trastornos de todo tipo. Al estar en cama todo el día pierden la noción del tiempo y del medio exterior”.

Así fue como José Ignacio Leguizamón, aprovechó sus conocimientos musicales y su habilidad para tocar el violín, el cual ejecuta hace más de cinco años, y propuso esta especie de intervención. Tras gestionar los permisos pertinentes, lo pudieron concretar.

“Hubo muchas reacciones por parte de los pacientes”, recordó el santiagueño. “Pacientes que estaban totalmente desconectados del ambiente reaccionaron al escuchar la música. Me seguían con la mirada, se movían. Hubo quienes se emocionaron al oír la zamba. Los pacientes en estado inconsciente tuvieron cambios en su frecuencia respiratoria, como si hubieran recibido un estímulo placentero”, agregó.

En cuanto a lo personal, José expresó que fue una experiencia “muy fuerte”. “Nunca tuve un público semejante y nunca había tenido que concentrarme tanto para no quebrar”, dijo finalmente.



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