Poli: "Pido perdón por el tormento sufrido en Buenos Aires por Mama Antula"
Emotivas palabras del Arzobispo tras la beatificación de Mama Antula en la misa de acción de gracias esta mañana.
Monseñor Mario Aurelio Poli se refirió presidió la misa de acción de gracias y se refirió al calvario vivido por Mama Antula cuando fue a vivir en la capital argentina y tuvo que soportar ataques y discriminación.
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En su Homilía Poli habló sobre la beata y comparó su padecimiento con el de Jesús y su estilo de vida señalando que: “Pasó haciendo el bien”. Curando a pobres y ancianos, haciendo un trabajo sacrificado.
“Ella estaba convencida que en la vida estaba primero Dios porque no llevaba a la plenitud. La beata Antula dijo: No te preocupes por la fe, eso es un regalo de Dios que dura la vida entera. Se animan a repetir “primero Dios”.
En un sencillo mensaje se conmovió hasta las lágrimas, pidió a los fieles presentes que cierren los ojos y emocionado dijo: “Fue una mujer que camino muchos kilómetros descalza, su peregrinación fue el gesto profético de una mujer bautizada fuerte, en contra de todo lo establecido en ese momento. Salió movida por la gloria de Dios en nuestras almas.
“Logrando que hombres y mujeres de todas las clases sociales se reconocieran como hermanos. Esto logró esta mujer.
“Ahí va Mama Antula, sus alegrías eran ver como las personas se trataban como hermanos y servían a su prójimo. Todo su sacrificio lo valía. De tantos ejercitantes como los que reunió en Buenos Aires… y hablando de Buenos Aires… (Hizo una pausa entre lágrimas)… Me apropio un sentimiento, ella no pensaba que aquí iba a padecer, pero quiero hacer público y pedirle perdón porque los porteños la tratamos mal, la apedreamos, la llamamos loca.”
“Pero bastó un tiempo para que su dulzura y su grandeza de alma nos conquistara hasta el día de hoy, y esa es otra enseñanza. Ahí va Mama Antula luchando por la inclusión de todos. Su labor fue muy importante para nuestra patria”.
Luego de la misa de acción de gracias por la beatificación de María Antonia de Paz y Figueroa, las imágenes de la Virgen de Sumampa, la Virgen de Loreto y el Cura Brochero, salieron de la Catedral Basílica y emprendieron el regreso a sus respectivas ciudades.