SOLIDARIDAD

Gracias a Mama Antula, Rodrigo pudo conseguir su silla de ruedas

Un mensaje hecho público dio a conocer las necesidades del joven y aparecieron donativos de todo tipo, hasta un abuelo que le prometió ser su amigo.

El sábado 27 de agosto, día de la beatificación de Mama Antula fue histórico para Santiago del Estero, para el país y para todos sus devotos. También lo fue para Rodrigo Brunet, un joven bandeño de 25 años con parálisis cerebral (producto de un infarto severo que le quitó oxigenación al cerebro), que necesitaba cambiar su vieja silla de ruedas, debido a su deterioro por el intenso uso que le dio durante seis años.

Fueron las oraciones a la Mama Antula las que Lucy, una vecina bandeña, asegura que la llevaron a conocer el caso y la necesidad de Rodrigo a través de una carta que la tía del joven leyó a través de una radio local, para pedir ayuda a la comunidad, ya que su obra social nacional demora en proveerle de este elemento fundamental para una mejor calidad de vida.

Pasa que Lucy también tiene su propia batalla contra una larga enfermedad por lo que le pidió a Mama Antula que la ayude a salir adelante, y a cambio ella sería solidaria con quién lo necesitara. Y justo apareció Rodrigo.

Lucy, al igual que muchos otros bandeños y santiagueños solidarios, se dieron cita en la pequeña y ya vieja casa de la calle Pellegrini 466, para ponerse a disposición de Marta, la mamá de Rodrigo, una batalladora que a pesar de las mil y una veces que fracasó, levanta cada día con la fortaleza necesaria para salir a buscar la forma de conseguir lo que su hijo necesita para mejorar.

A lo largo de los años consiguió que varios especialistas se ocupen, profesional y amorosamente de la rehabilitación del joven, que antes del suceso era un excelente basquetbolista, jugaba en Olímpico, donde también practicaba voley, y se destacaba debido a su excelente altura de casi dos metros.

"Ahora toma Ensure y logramos que suba a 42 kilos, porque antes estaba en 36, pero no es fácil conseguir las 60 cajas que necesita al mes. También necesitamos arreglar la casa, que está muy cerca del CIS Banda, por cualquier urgencia que surja con Rodrigo. Estamos muy contentos con la ayuda que nos trajo mucha gente, como una señora que nos dejó $20 porque no tenía más, o un abuelo del barrio San Martín que lo visita algunos días y le dice: ‘Ahora tengo un nuevo amigo, ¿que no, Rodrigo?’", relata, Marta, agradecida con la solidaridad de los bandeños y la fe en Mama Antula.

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