MASACRE DEL SARMIENTO

Municipal, que asesinó a su esposa y se mató, llamó a una hija para despedirse

La joven se presentó ante la Justicia y contó las últimas palabras de su padre. Además confirmó que estuvo cuando las víctimas llegaron a la casa.

Mientras Erica Ponce -la joven de 20 años que recibió tres tiros de su padre, quien antes mató a su madre y luego se suicidó- sigue internada en el Regional y se recupera favorablemente, la fiscalía de La Banda continúa tomando declaración testimonial para establecer cómo sucedieron los hechos.

En el marco de la causa que se inició por el crimen de Norma Noemí Yagra (44) y el suicido de Humberto Ponce, quien atacó a su pareja la noche del jueves en el interior de la casa donde residían -en avenida Libertador y La Rioja del Bº Sarmiento- la Dra. Alicia Falcione recibió el informe del relevamiento vecinal y tomó declaración testimonial a una de las hijas del homicida.

Se irritaba fácilmente

Fuentes cercanas a la causa -que el lunes pasará a la Unidad de Violencia de Género e Intrafamiliar- revelaron que según el concepto de los vecinos, Ponce era un hombre que se irritaba fácilmente y en reiteradas oportunidades habría mantenido altercados con los lugareños, ya que le molestaba que los niños jueguen en su vereda.

Además, a raíz de los dichos, la fiscalía estableció que minutos antes de que el empleado masacrara a tiros a parte de su familia, estuvo junto a otra de sus hijas -de su primer matrimonio- en la vereda de la casa, por lo que la representante del Ministerio Público citó a la joven para dar testimonio.

A primera hora de ayer, la joven -de quien se pidió no revelar la identidad- se presentó en el centro judicial y aportó detalles de vital importancia para la investigación y reafirmó aún más la hipótesis que manejan los investigadores, de que Ponce tenía todo premeditado.

Le dijo que la quería

Según revelaron las fuentes, María (nombre ficticio) contó que minutos antes de las 20 su padre la llamó por teléfono a su celular y le dijo que ‘nunca se olvide que la quiere mucho, que cuide de sus hermanos menores (ya que el homicida tenía hijos de 11 y 9 años) y vele por ellos en caso de que él no llegara a estar más’.

Ante las palabras de Ponce, María -quien reside en otro domicilio- subió a su motocicleta y se trasladó hasta la casa de su padre. Cuando golpeó la puerta, éste la atendió por una rendija del portón y le dijo que estaba bien, que no le pasaba nada, cuando ella le cuestionó el mensaje.

La joven manifestó que su padre tenía toda la casa cerrada aparentemente y aseguró que las luces estaban apagadas. Mientras se encontraba con Ponce, llegaron Erica y su madre Noemí.

Según María saludó a las mujeres y luego se retiró de la casa ya que su padre estaba tranquilo.

Agregó que el día domingo todos habían almorzado juntos y en la pareja no había antecedentes de violencia de género, que ella al menos tuviera conocimiento.

La fiscalía aguardará que Erica se restablezca y se recupere tanto física como psicológicamente para recién tomarle declaración testimonial.

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