LETRAS SANTIAGUEÑAS

Microrrelatos de Víctor Hugo Ledesma

Extraídos de “Baltasar punto y seguido. Relatos breves”.

Cojín ardiente

Se despertaba transpirado. El calor fuego se estacionaba en la línea cervical. Paseó por varios médicos especialistas sin resultados. Tomografías y video electros mostraban una buena salud. Charlando en un bar, un amigo le recomendó un fisiatra. El doctor determinó mudar de aires almohadas y colchones para verificar si se trataba de malas posturas. El ortopedista, ducho en estos males, le sugirió identificara, antes de los cambios recetados, quién le calentaba la cabeza.

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Amor diferente

La cripta albergaba varios féretros. El sereno había escuchado del suicidio amoroso de los novios. Los cajones estaban ubicados uno al lado del otro. La madera lustrada brillaba en la plena oscuridad del encierro. Se juraron amor aún después de la anunciada violencia. Era tema de conversación en los amigos las causas del desenlace. Anunciaron que seguirían su diálogo cariñoso. Durante años el cuidador se empeño en escucharlos, sentado en el umbral del mausoleo.

—¡Amor callado el de los muertos!

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Conciencia foránea

El Forastero era un ilegal para la Justicia. Héroe de ricos y pobres. La impunidad le permitía pasar por lugares en que la autoridad estaba desatenta. Era querido y odiado. Lo expulsaban con injurias, pero también lo curaban con afecto ante cualquier raspadura. Hubo casos en que llegaron a lavarlo. Estaba acusado de varios delitos. Estaba libre porque sus protectores tenían poder. Pasan los años y el blue sigue su derrotero marginal.

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Caricias sin dueño

El joven no fue beneficiado por la belleza. Las mujeres no accedían a brindarle afecto. Se enamoraba con frecuencia sin ser correspondido. Cansado de esperar respuesta, tejió una cesta de mimbre muy cabedora. Los años de soledad lo hicieron perceptivo a la ternura. A las mañanas, temprano, ponía su bolsa al hombro y salía a recoger las caricias que desangraban los amores decepcionados.

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