ASESINATO DE LA MAESTRA

La fiscal pidió perpetua para el quinteto, por ensañamiento y alevosía en el asesinato de Leda

La Fiscalía se "jugó" por la pena máxima y la defensa de Rojas, por la absolución. En tanto, la abogada de los Ledesma, por un "robo seguido de muerte".

"Mario Rojas fue el entregador; Guillermo Pereyra, transporte y quien proveyó el cuchillo; Luis Ledesma y Gabriel Brandán el grupo de choque y Lucrecia, quien planificó el crimen y asestó una puñalada en el cuello a Leda", afirmó ayer la fiscal Norma Morán, al solicitar para el quinteto la pena de prisión perpetua.

En un alegato -de tres horas- Morán juzgó que el quinteto incurrió en homicidio "con ensañamiento y alevosía en concurso real", la noche del 14 de junio del 2012.

Explicó que el asesinato constó de dos etapas: planificación y ejecución. "Rojas quería desquitarse de Leda Fabiana", dijo.

Agregó: "El carita de ángel de Luis le tapó la boca con una rejilla, mientras la víctima era llevada en remís a Robles".

Reiteró que Luis presenta destellos "sadomasoquistas, tal cual lo calificó el forense Julio Roldán, afirmando que todos los detenidos poseen conductas antisociales".

El "día maldito"

Para la fiscal, aquel 14 de junio "fue el día maldito para Leda. Rojas la siguió en su auto, la levantó y la condujo al Golf Club". Allí, el cuarteto aliado de Rojas puso en marcha el falso atraco.

Posteriormente, llevaron a la maestra a Robles.

Basándose en el informe del forense David Jarma, juzgó que Brandán le fracturó el tabique nasal de una certera trompada.

"Preparate para tu fin", le le habría advertido.

Durante varios minutos, habría recibido patadas en los riñones e hígado, señaló Morán.

De rodillas Leda, la "mae" usó el cuchillo que le dio Pereyra y le asestó una herida en el cuello.

Jarma estimó la agonía en no más de 20 minutos.

Aún gravísimo el corte, murió por "asfixia mecánica por sofocación".

Asumiéndola ya muerta, la habrían arrojado hacia una zona montuosa.

Después, retornaron a Santiago; comieron una picada en el bar de una estación de servicios. No conformes, cerca de las 2.30, habrían vuelto a la escena del crimen, viaje en el que Morán incluyó a Pereyra.

Así, adquiere sentido la teoría del segundo viaje para "desfigurarla", subrayó. Ello es robustecido por el testimonio de un vecino, de apellido Ávila.

El hombre vio dos autos a 500 metros del lugar en el que apareció el cuerpo. Solamente uno llevaba un cartel, quizá de remís.

De remate, Morán detalló el aluvión de sms entre los protagonistas, del 1 y 15 de junio. Rojas a la "mae", 10 sms; "mae" a Rojas, 16; Rojas a Leda, 320 sms; Leda a Rojas, 166; Rojas a Pereyra, 39 y viceversa, 46 sms.

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