LETRAS SANTIAGUEÑAS

Viajes en el tiempo

Texto de Martín Albano*

Sin duda alguna los viajes en el tiempo, constituyen, desde hace varios siglos, una de las mayores fantasías elaboradas por la imaginación popular. A pesar de que el propio Albert Einstein, entre otros grandes e indiscutidos cerebros que ha dado la humanidad, haya afirmado que su realización es físicamente posible, no existe hasta el momento dato fehaciente que corrobore tan optimista especulación. Todas y cada una de las teorías, ya sean religiosas, físicas, filosóficas o metafísicas, cuentan con tal cantidad de cabos sueltos, que el interrogante vuelve casi siempre a su punto inicial, dejando en tal recorrido circular, un sin fín de contradicciones, parábolas y metáforas. La literatura y el cine en general, pero en particular el género ciencia ficción se ha adueñado de esta inquietud tan plural, desgastándola casi hasta el hartazgo. En los escritores del género mencionado sucede quizá en muchos casos, un fenómeno similar al que se da en ciertos músicos, que a la hora de componer una canción se basan automáticamente en un básico círculo de quintas, do+, fa+, sol+ . Es nada más ni nada menos que la utilización constante de la gran fórmula mágica, lo que de antemano ya se encuentra aceptado y con más posibilidades de venta. Lo que la gente quiere escuchar, fácilmente asimilable y más groseramente recordable. Cánones aprobados por las masas, cada día más proclives a la falta de estimulación con carácter inaugural, que requiera un previo trabajo intelectual y un ejercicio de imaginación que conlleve a un deleite más elevado como premio. Retornando al tema inicial y sacando a un costado las abundantes analogías, que se pueden encontrar fácilmente en cualquier rama del arte, debo admitir que no por tales observaciones la temática deja de ser apasionante, así como también su desarrollo en muchos casos. Basta solo con recordar la película “VOLVER AL FUTURO”, sin duda una de las obras maestras del cine mundial, para que a la mayor parte de quienes la hemos disfrutado, nos invada una dulce nostalgia. En mi caso tuve la dicha de contemplar esta obra en el momento más adecuado de mi vida para tal fin, circunstancia indispensable para haberla podido admirar de un modo maravilloso. Hablo de la niñez en su máximo esplendor, unos 7 u 8 años de edad, momento en el cual no solo la imaginación toma constantemente rumbos inesperados, sino que también es infinita. Tal característica, invariablemente provisoria a lo largo de la evolución personal, se debe al hecho puntual de que en esa instancia del ciclo, nuestra posición ante el mundo no se encuentra conceptualmente definida. En cambio hoy en día son mis ideales quienes me juegan una mala pasada, llevando a cabo un fuerte censuramiento hacia algunos estereotipos., del mismo modo en que no me permiten reírme de los chistes de “FRIENDS”, o de regocijarme con una novela de Danielle Steel, me hacen cuestionar gravemente el trasfondo de “VOLVER AL FUTURO”. Repasemos la trama: un hombre x inventa una máquina del tiempo y decide viajar. ¿Para qué la inventa?, y ¿Por qué decide viajar? No existe un motivo heroico o perverso, pareciera que lo hace porque si, de puro aburrido nomás. Invita a su amigo llamado Marty (si mal no recuerdo), un chico promedio y bien parecido que asiste a la universidad, vive en una casa con garaje al frente y su papá le presta el auto de vez en cuando para salir con la novia, quien asiste con él a la misma preparatoria, el padre hace tamaña concesión y demostración de afecto, porque entiende que Marty recién puede tener su propio vehículo el día en que se gradúe, momento en el cual llevará a “SU” chica al baile de graduación, etc… Este muchacho es muy inteligente, tanto que la mayor problemática que enfrenta en su vida diaria no es una batalla interna plagada de cuestionamientos apasionados, como tampoco lo es el miedo a la muerte, o la leve sospecha de que el amor es efímero. Sus intereses están centrados en la existencia de un chico muy musculoso que hay en su clase, seguramente capitán del equipo de béisbol, que siempre lo molesta y lo llama “gallina”, haciéndolo al pobre Marty sentir menos hombre , por no ser tan grandote, a la vista de los demás. Y Marty se convierte en el héroe de la película, porque finalmente logra en el pasado alterar algunos hechos, que luego al retornar a su verdadero tiempo, convierten a su padre en un macho alfa hecho y derecho., que hace chistes (seguramente similares a los de la 3 temporada de una miniserie actual), y le toca el trasero a su mujer sorpresivamente mientras está cocinando. El modelo de una vida ejemplar, la felicidad por deber, por constancia, pero nunca por elección. Disculpen el siguiente énfasis innecesario: ¡Pero esto para mí es un horror! Es el verdadero horror instalado en un sistema que lucha constantemente con armas peligrosísimas por abolir la individualidad, el pensamiento crítico y las verdaderas aspiraciones que no les resulten funcionales. Es el horror situado en las esquinas, en mitad de la calle, favoreciendo a los semáforos que nos guiñan sus seductores ojos, reduciéndonos al rebaño. Sospecho haberme ido gravemente por la tangente, Sin embargo no intentaré retornar a la esencia de la idea original, hablándoles de “TERMINATOR”, de la conveniencia de no pisar una planta o matar un mosquito en el caso que viajen al pasado, de evitar que los padres de x se conozcan, de aconsejar ir al futuro y tomar nota del número exacto que saldrá en la quiniela, etc.… Solo me tomaré el atrevimiento, para ir finalizando, de aconsejar, desde mi humilde opinión y experiencia personal, la forma que me ha resultado más grata de viajar a través del tiempo. Sumergirse en los cuentos del señor Ray Bradbury, el gran poeta de ILLINOIS, y simplemente darle vía libre a la imaginación, para que haga el resto del trabajo. Si bien tanto en sus afamadas “CRONICAS MARCIANAS”, como así también en “FAHRENHEIT 451”, entre otras obras. El juego argumental con los conceptos de espacio – tiempo, son constantes, el significado y mensaje de su maravillosa narrativa, nada tiene que ver con las imágenes fantásticas que en cada página nos va dibujando en la mente y va tornando la lectura apasionada y atrapante. La ficción es tomada como un instrumento destinado al servicio de algo mucho más grande y más noble, que el solo ejercicio imaginativo. Se plantean allí en sus páginas, para quienes asumen el trabajo de leer entre líneas, los interrogantes existenciales más profundos, que nos encarcelan constantemente en telarañas de exquisitas y conmovedoras dudas. La muerte, la soledad, el desamor, el valor de la amistad, el amor casi físico por un libro, la ingenuidad de los sabios. Esto es realmente viajar por el tiempo, sin necesidad de construir una máquina, ya que cuando el espíritu, el intelecto, el corazón y el razonamiento trazan un acuerdo para ponerse en funcionamiento simultáneamente, nos sentimos eternos, desafiando todas las leyes lógicas conocidas y existentes. l


(*) Es reconocido en el ambiente artístico como músico guitarrista y armonicista. En 2013 escribió su primer libro, titulado “Biografía de un sueño fragmentado”, plasmando en dicho trabajo una producción de poesía y textos en prosa valiosísima para la literatura de la provincia.

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