Luto tomado como suyo por las instituciones

Diversas instituciones coparon los tribunales y dejaron un claro mensaje: no van a permanecer pasivas ante el derrotero de violencia y muerte.

La jornada se inició temprano. Hombres y mujeres se congregaron en la entrada por calle Hipólito Yrigoyen, blandiendo carteles alusivos a la odisea y muerte de la maestra.

Unos cuantos pudieron ingresar a la sala destinada al público. Otros, siguieron la audiencia decisiva en el pasillo, a metros del quinteto finalmente condenado.

Cada concepto de los sujetos provocó reacciones, en especial el pedido de perdón de Rojas que sonó como una burla, ante las instituciones y familiares de Leda.

Abstrayéndose del "norte" jurídico que impregnó el tribunal a la antesala de la sentencia, desde afuera llegaban cánticos alusivos al no va más con la violencia.

Al promediar el mediodía fue acrecentándose la tensión, ansiedad, angustia; tantas emociones juntas plasmadas a través de intercambios de fotos y whatsapp entre los que habian logrado ingresar a tribunales.

Previendo cualquier desborde emocional, los vocales afectaron a numerosos policías. Los uniformados brindaron seguridad en el recinto con los presos, pasillos, y en la sala del público en general.

Y el procedimiento fue efectivo. Cuando el tribunal develó el misterio, los unos y los otros reaccionaron con inocultable algarabía.

Dentro del recinto, los guardias esposaron al quinteto y lo desalojaron rápidamente.

A metros, en la sala, la madre de Leda emergió como catalizadora de tantas emociones; un antagonismo total, ante la desazón y perplejidad de los familiares de los penados.

Por más de media hora, Tribunales se transformó en sensor del final largamente deseado.

Y los medios de comunicación anunciaron que el homicidio de Leda tenía culpables, a quienes los alojarán las rejas por al menos tres décadas.

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