SUMAMPA

Detención por 10 días y pericias para la madre de alumna que apaleó a la maestra

El incidente estalló mientras varias maestras preparaban el acto de clausura en la escuela 892. La castigó por mandarla a rendir a su hija.

La jueza de Control y Garantías, Sara Harón, impuso 10 días la detención de la mujer que atacó a trompadas y patadas a la maestra, días después de que enviara a rendir a su hija. Así dispuso la magistrada a Raquel Rojas, agresora de Claudia Natalia Petrich.

Según el proceso, Rojas irrumpió en la Escuela 892 de Sumampa.

Era una mañana en que los docentes preparaban el acto de clausura.

Primero, habría amenazado a Petrich, advirtiéndole que no terminaría bien.

Luego, pasó a mayores. Entre otros docentes logró colarse y tener frente suyo a la docente.

"Cero" paz

En vano, la maestra la instó a sosegarse, dialogar y buscar una salida pacífica.

Cero amor, tolerancia y comprensión, Rojas tomó de los pelos a Petrich. Partieron varias trompadas que impactaron de lleno en los ojos y la nariz.

No conforme, al caerse, la docente recibió varias patadas en el tórax y rostro.

Alertado por la policía, el fiscal coordinador, Mariano Gómez, ordenó la detención de Rojas, quien fue interceptada mientas caminaba por la vía pública.

Ayer fue llevada ante la Justicia. Asistida, primero, por el defensor Luis Rivas luego habría sido indagada.

Audiencia

Después, fue llevada ante la jueza Harón y el fiscal Mariano Gómez.

Éste solicitó convertir la aprehensión y detención; también pidió que se extendiera por 15 días.

En el trámite, la Fiscalía abogó para que Rojas fuera detenida y sometida a un riguro procedimiento judicial, médico y psicológico.

En esa sintonía falló Harón, pero fijándole en 10 días la detención de la madre agresora, se supo.

A la vez, la funcionaria ordenó pericias psicológicas, de cuyas conclusiones depende el futuro de Rojas.

No es un dato menor. Ocurre que serán los psicólogos quienes allanen, o no, la libertad futura de Rojas.

Vale destacar que Harón será muy prudente, ya que Rojas y Petrich son vecinas en Sumampa. Por ende, sería liberada recién cuando la Justicia tenga garantías que comprendió lo "delicado" de sus actos y que en modo alguno reincidirá.

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