Homenajearon a Piglia y lo recordaron como el gran lector de la literatura latinoamericana

El novelista, crítico y ensayista fue homenajeado por escritores, académicos y críticos como Martín Kohan y Guillermo Saavedra, en un encuentro organizado por la filial argentina del Fondo de Cultura Económica (FCE) en simultáneo con España, Colombia y México.

Kohan, escritor y profesor de Teoría Literaria en la Universidad de Buenos Aires (UBA); Saavedra, poeta, crítico, periodista y editor; y Alejandro Archain, gerente del FCE local, participaron del homenaje que se realizó este mediodía en la sede del barrio porteño de Palermo; desde donde se comunicaron con el presidente del FCE mexicano, José Carreño Carlón, quien se encargó de coordinar las videoconferencias. “Piglia logró articular elementos que solemos pensar de manera opuesta, como la ficción y la crítica literaria y logró hacerlos funcionar juntos”, expresó Kohan y señaló que el autor de “Respiración artificial”, “Plata Quemada” y “Prisión perpetua” también encontró la manera de articular las nociones de tradición y vanguardia. Para Kohan, esa articulación le permitió a Piglia escribir “Las tres vanguardias”, un volumen de clases en las que discutió la tradición de la literatura argentina a través de las obras de Juan José Saer, Manuel Puig y Rodolfo Walsh. Kohan hizo hincapié en la oralidad como un aspecto fundamental para entender la obra de Piglia: “La conversación de Ricardo era un laboratorio de ideas (...). Sus clases universitarias y sus programas sobre literatura argentina para la TV Pública no eran sustancialmente diferentes porque no simplificaba el lenguaje que utilizaba en la universidad para hablar en un estudio de televisión”. En tanto Saavedra resaltó que “las conversaciones con él sobre la vida y la literatura siempre eran muy estimulantes” y consideró que “su obra era una continuación de su ética personal”, ya que el autor de “Los diarios de Emilio Renzi” realizaba “un sabio ejercicio de hospitalidad”. Desde España, Eduardo Becerra, profesor titular de Literatura Hispanoamericana de la Universidad Autónoma de Madrid, director del Máster de Edición de Libros y representante de la editorial Lengua de Trapo, retomó “la oralidad como una marca que atraviesa la obra de Piglia”, a quien definió como “un excelente narrador” y “un autor fundamental para pensar la relación entre literatura y política”. Carreño Carlón inauguró el homenaje recordando que “Piglia decía que tenía una deuda” con el FCE porque en su adolescencia había encontrado un ejemplar de “El Llano en llamas”, de Juan Rulfo, editado por ese sello, que “le había cambiado la vida”. “En consecuencia,desde esta editorial queremos marcar la importancia de las intertextualidades que lograba el escritor con su pedagogía, que permitieron crear un sistema de puentes entre las literaturas de América Latina”, aseveró. Y en este marco, rescató: “Piglia decía que los escritores latinoamericanos viajaban más que sus obras”. Por su parte, Rose Corral, doctora en Literatura Hispánica por el Colegio de México y profesora e investigadora en el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de la misma institución, se refirió al cruce de la crítica y la ficción en su obra. Ese encuentro “nos hace conocer a Piglia como un extraordinario lector que cambió la percepción de la literatura latinoamericana”, remarcó Corral, quien trabajó con él en los diarios de Roberto Arlt que se dieron a conocer en 2008. “Fue quien mejor nos enseñó a leer las intersecciones entre los modos de lectura y los modos de narrar”, resumió la académica. A su vez, Archain se refirió a su trabajo como editor junto a Piglia para la Serie de los recién venidos -cuya última publicación fueron los cuentos completos de Ezequiel Martínez Estrada- y afirmó que le permitió “compartir la tarea con un verdadero profesional de la edición que estaba tan atento a la comunicación como a las maquetas de los libros”. Otra de las voces que se sumaron al recuerdo del escritor argentino fue la del chileno Manuel Garrido, profesor e investigador de la Universidad de México, que desde ese país resaltó la “generosidad pedagógica” de Piglia y aseguró que “su literatura asumió la tarea de poner vida y memoria donde la muerte suele imponer olvido”. “La vida para él estaba ligada estrechamente a la idea del lector”, destacó Garrido, quien eligió citar “dos imágenes poéticas de Piglia” para recordarlo: “El libro conectado a la vena del lector y las historias que salen de la boca de unos para entrar en las bocas de otros, generando un proceso de respiración artificial”. Desde Colombia, Andrea Torres Perdigón, investigadora de la obra de Piglia, Saer y Bolaño, señaló que “el legado” del escritor nacido en 1941 en Adrogué “fue demostrar que existe una forma de representar la experiencia y eso está presente en toda su obra, a través de la cual encontró una nueva relación entre la vida y el arte”. Saavedra, el último de los oradores de la jornada, eligió recordar su amistad con Piglia, que comenzó a partir de un sueño en el cual el escritor le decía que “escribir es como desplazarse a través del espacio y del tiempo con seguridad y a pesar de los riesgos”. A modo de balance, Saavedra remarcó que “generosidad” y “lector” fueron las palabras más escuchadas durante el homenaje al autor de “Crítica y ficción” y que “Piglia fue el más provechoso lector de Borges”, quien además “se animó a escribir en la misma época que él”. Piglia, una figura clave para entender la literatura argentina y latinoamericana contemporánea, falleció el 6 de enero en Ciudad de Buenos Aires a los 75 años, a causa de una esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad degenerativa que padecía hace años.
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