Fe sin ilusiones

¡Buen día! ¡ Creer es hermoso, pero no siempre resulta fácil! La crisis es compañera habitual en el camino del creyente. Hay un librito del brasileño J. B. Alves que me gusta citar de vez en cuando: “Amaneceré mejor”. Dice al respecto: “Soy un río de aguas soñolientas que aún está lejos del mar. Dentro de mí están las cascadas, las aguas cayendo en la roca dura que me hacen despertar, que me llenan de cansancio. El río que yo soy hace silencio. Y cuando uno hace silencio siempre sucede algo, pues ahí dentro están los gérmenes de todas las simientes. Pero hoy la simiente que nació en mí fue una gran decepción. Estaba pensando acerca de la fe y en ella no encontré nada extraordinario, nada que me convenciera y que no dejara margen para ninguna pregunta más. Mi fe es ésa que no abriga mis ilusiones. Es la fe del río que sueña con el mar, pero que tiene que surcar su lecho en la tierra, abrir su camino por entre piedras, con mucha perseverancia y paciencia día tras día, año tras año.Mi fe es la fe rasgada, la fe descalza que siente cuán caliente está la tierra, la fe retaceada por trozos de vidrio en el camino, es la fe desprotegida de la arena arrojada a los ojos, la fe incapaz de impedir que se sienta el olor putrefacto de las cosas que se arruinan. Que no puede tapar los oídos contra los ruidos de espejos quebrados. Es la fe que no puede impedir el olor de sangre inocente derramada en el suelo. ¡Que no impide derramar una lágrima de aflicción...! No obstante eso y mucho más, “es la fe que confía: pase lo que pase, el mundo está en buenas manos. Es la fe que a pesar de todo cree en el hombre. Es esa fuerza que ordena creer y continuar firme, aun cuando todo se esté perdiendo, confiar, aunque sea andando sobre las cenizas y ruinas de nuestras desdichas. Es la fe en blanco y negro, la que se limita a lo estrictamente esencial, ni un poquitito de más. Es la hojita verde que nace aquí y allá para que ese suelo no se convierta en un desierto, la gotita de agua caída para que esa tierra no se convierta en granito, la luz que se enciende aquí y allá para que uno no pierda el rastro”. ¡Hasta mañana! 
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