Perdón divino

¡Buen día! “Errar es humano, perdonar es divino”, ¡Cuántas veces lo habrá dicho, cuántas veces lo habrá escuchado! ¿Pero alguna vez usted pensó cómo es exactamente el amor divino? Miguel Ortega Riquelme, en su librito “Le oí decir a Dios”, pone en boca del Señor estas consoladoras respuestas. “Hijo mío. Hoy he recibido tu dolor arrepentido. Hoy es el primer día de tu vida. Hoy vuelves a nacer con toda la belleza con que yo te construí. Hoy la Iglesia es la Madre que nuevamente te engendra y te da a luz. Tu rostro vuelve a resplandecer con toda la hermosura que yo te regalé. Te hice a mi imagen. Te hice con cariño. Eres mi Hijo amado. Durante mucho tiempo imaginaste que podías vivir lejos de Mí, haciendo tus caprichos, o experimentando tu libertad. Muchos te humillaron y rebajaron, te despreciaron y te ofendieron sin valorar lo que yo te había regalado. Y tu aprendiste, por eso, a humillar a otros y a ofenderlos y no los amaste como merecían. Te vi llorar silencioso y gritar con sollozos tu vacío. Te vi caer una y otra vez y porfiadamente vivir en soledad. Te vi gritar mi nombre maldiciendo y huyendo de mi rostro con temor. Te vi cada instante. Pero yo nunca perdí la paciencia ni agoté mi esperanza contigo. Te esperaba. Todos los días abría mis brazos. Porque te amo. Hoy te recibo. Hoy celebras mi perdón. Hoy resplandece tu rostro verdadero. Hoy te descubres tal como eres: bueno, amable justo, limpio, recto, sincero, leal y comprensivo. Tal como te hice un primer día. Ese eres... tú eres mi hijo amado, yo estoy contento contigo. Yo te recibo en mi casa y en tu familia. Yo te cambio el corazón endurecido en un corazón sensible. Yo en ti pongo mi confianza y te restituyo todo mi amor. ¿Puedo decirte otra cosa? Me gusta perdonarte. Me encanta levantarte y abrazarte después de que has caído. Nunca temas. Acércate a Mí. Cree en ti mismo, y ámate. Cree en tus hermanos, y ámalos. Cree en Mí, y ámame. Cuenta siempre conmigo. Cuenta siempre con tu Padre, que te ama y te perdona...”. Para saber que ése es el verdadero corazón de Dios sólo hay que leer el Evangelio, las palabras y la conducta de Jesús. ¡Hasta mañana!
Ir a la nota original

MÁS NOTICIAS