Reconciliación

¡Buen día! De todos los encuentros del Papa durante su estadía en la Argentina el más esperado fue sin duda el de los jóvenes. El discurso tiene muchos puntos salientes. Uno de los más destacados es el que sigue: “En esta primera parte de nuestro encuentro habéis querido reflejar vuestras preocupaciones e inquietudes, vuestros deseos y aspiraciones. Sé que estáis decididos a superar las dolorosas experiencias recientes de vuestra patria, oponiéndoos a cuanto atente contra la convivencia fraterna de todos los argentinos, basada en los valores de la paz, de la justicia y de la solidaridad. Que el hermano no se enfrente al hermano. Que no vuelva a haber más ni secuestrados ni desaparecidos, que no haya lugar para el odio y la violencia, y que la dignidad de la persona humana sea siempre respetada. Para hacer realidad estos afanes de reconciliación nacional, el Papa os llama a comprometernos personalmente, desde vuestra fe en Cristo, en la construcción de una nación de hermanos, hijos de un mismo Padre que está en los Cielos. Os invito a renovar ese compromiso que ya formulasteis -junto con vuestros obispos- en la gran concentración juvenil de Córdoba, en septiembre de 1985. Agradeced al Señor el patrimonio de fe injertado en el dinamismo nacional y popular de Argentina. A vosotros toca asumir la responsabilidad de que ese patrimonio de fe vivifique vuestra generación, y muestre así su permanente vitalidad y actualidad en Cristo. Para ello es necesario que todos vosotros respondan con generosidad a la voz de Jesús, que hoy sigue diciéndonos, como al principio de su predicación en Israel: ‘Convertíos y creed en el Evangelio’. El Señor nos dirige una llamada vibrante y persuasiva a la conversión personal, que transforma toda nuestra existencia, de modo que ya no vivamos para nosotros mismos, sino para Aquel que nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros”.
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