Nacimiento de la fe en el Señor de los Milagros de Mailín

La veneración al Cristo de Mailín se extendió en poco más de doscientos treinta años no solo por todo el territorio nacional sino que llegó a conmover la fe de muchos cristianos en los países limítrofes, desde donde viajan sus fieles para sumarse a la multitud que supera las 300.000 personas que colman la pequeña villa ubicada en el centro del departamento Avellaneda a 140 km de la capital de esta provincia.

Los peregrinos comienzan a poblar la ruta nacional Nº 34 utilizando distintos tipos de medios, desde los motorizados o los tradicionales jinetes que montados en corceles escarceadores cambian el paisaje de la mencionada ruta, entre ellos circulan pequeños grupos de personas que caminan metro a metro decenas de kilómetros implorando oraciones y plegarias con el fin de agradecer o pedir al Señor Forastero bendiciones y milagros.

A los cuarenta días de la Pascua cristiana, la Iglesia Católica conmemora y celebra la Asunción del Señor, en coincidencia con esta ancestral festividad cristiana, se honra a la pequeña Cruz de Mailín en medio de un jubiloso encuentro que se transformó en una de las expresiones de fe más importantes del país.