DECISIÓN

Informe forense: Parra "sufre un trastorno límite de personalidad"

Un experto del Instituto de Biomedicina confirmó ayer que la sangre hallada en la mochila del colombiano es de la joven víctima.

Ni siquiera el esperado abrazo de reencuentro con su madre, atenuó el cimbronazo legal que la Justicia le propinó ayer a Jefferson Parra, al dictársele la prisión preventiva por el homicidio calificado de María Teresa Lobato.

Así lo dispuso la jueza de Control de Género, Norma Morán, el mismo día en que se confirmó que la sangre hallada en la mochila de Parra es de Lobato.

Para la fiscal Aída Farrán Serlé, el 28 de abril el extranjero asesinó a la joven de 18 puñaladas, por negarse a tener sexo con él.

Lo novedoso del fundamento fiscal es que acompañó el informe de Marcelo Ovejero, titular del Instituto de Biomedicina.

Éste confirmó haber hallado sangre de la víctima en una correa de la mochila, secuestrada a Parra.

Allí edificó el aspecto medular de su planteo Farrán Serlé, adosándole otras pruebas científicas y, en especial, testimoniales de gente que lo vio alejarse en moto de Toro Pozo.

Por el contrario, la defensora Eva Valev de Jensen se opuso e interpuso diversas nulidades.

Por ejemplo, a la desgrabación y sábanas telefónicas; también una supuesta pericia psiquiátrica, una autoincriminación de su cliente y la calificativa legal.

Según Farrán Serlé, Parra incurrió en "homicidio calificado por mediar violencia de género".

Valev de Jensen juzgó que ello no es tal, ya que Parra y Lobato se habían conocido 5 días antes del asesinato. En ese período, sólo hubo intercambios de mensajes telefónicos y simpatía mutua. Ese 28 de abril, el extranjero había ingerido cuatro pastillas de Viagra. Como Lobato no quiso tener sexo, la habría ultimado a puñaladas: los forenses hallaron heridas en cabeza, rostro, cuello, pecho y brazos.

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