LETRAS SANTIAGUEÑAS

Sentir la poesía desde una simbiosis de voces

Está claro decir que en la literatura no hay fórmulas. La poesía nació libre y no está sometida a reglas.

Un poco a contracorriente de la poética actual, puede apreciarse especialmente en las redes sociales, voces que apuestan a un modo más desestructurado y directo de hacer literatura. Desde esta mirada, “la espontaneidad, el uso de imágenes cotidianas, el trabajo con el afecto desde un decir explícito”, son algunos de los elementos característicos que desde el fan page Topos bajo la lluvia, configuran un estilo, un modo de expresarse poéticamente, el cual es inevitable.

En diálogo con VICEVERSA, Pilar Carranza, “Mac Pi”, explica su modo de ver lo que pasa en el campo literario, los contenidos sobre los que se escriben y cómo se prepara la publicación del primer poemario del grupo “Topos bajo la lluvia”, en formato de libro.

Vos que formas parte de un espacio independiente (Topos bajo la lluvia) ¿qué encuentran en común entre sus integrantes sobre los temas que están escribiendo?

-En primer lugar, no me agrada demasiado la idea de definir a Topos bajo la lluvia como un espacio independiente. Decir “espacio independiente” es un poco tramposo. Publicarlo, aún más; porque de ultima, independiente de qué. Se lo podría asociar, a lo mejor, como independiente de un determinado canon. O de una concepción de la literatura específica que responde quizás a una mirada más tradicional. Hay estilos y recursos poéticos más dominantes que otros. El debate, surge cuando se visibiliza uno en detrimento del resto. Y cuando se considera que esa forma de hacer, es la mejor, o la única válida. Por todo esto, me gusta pensar a Topos como independiente de ese lugar y esas normas. Lo cual no significa que no tenga las suyas. Todo texto encuentra su lógica, por más oculta que esté. Es cuestión de animarse a ver el contexto en el que está inscripto para intentar develarla un poco, me parece.

La espontaneidad, el uso de imágenes cotidianas, el trabajo con el afecto desde un decir explícito, son elementos característicos que, en las topas, configuran una decisión. Una elección de expresión; de lector, que es inevitable. Y que para mí, ha estado muy presente en el grupo y sus comienzos, allá, en 2015. Sin embargo, también creo, que esas formas se han venido moldeando y revisando a tal punto que, aquello que parecía (exagerando un poco), una simbiosis de voces, hoy son caminos estéticos pulidos y planteos críticos que nos diferencian en acuerdos y desacuerdos atravesados de todo esto. Lo cual es posible justamente porque al momento de alejarnos de un determinado espacio, construimos otro. Yo no me identifico con aquello, pero aun así, no dejo de estar sujeta a una estructura donde se practica determinada manera de escribir; donde se leen determinados textos y donde te frecuentas con determinados autores, talleristas y editores. Son circuitos diferentes, con reglas distintas, donde hay mucho para nutrirse y aprender y donde uno corre el riesgo de alienarse. Pero, experimentar desde cualquier lado, va a depender de la voluntad del interesado, de su historia, sus discusiones internas, gustos, su relación con la literatura y sus pares, siempre.

¿Cómo marcha la edición del libro de Topos bajo la lluvia?

-Va. Yendo. Llegando. Afuera. Chiste, chiste. Estamos muy entusiasmadas. Escribiendo, laburando los textos. Hemos fijado un plazo con la editorial y queremos cumplirlo. Cada una tiene su ritmo, su ritual y su máquina de escribir. Es todo un desafío, pero nos gusta. Veníamos hace mucho con la idea de sacar un libro, de autogestionarlo. Pero, por una cosa u otra se nos acababa complicando. Por eso ha estado muy buena la propuesta y valoramos mucho el trabajo con la editorial. Nos viene muy bien. Por ahí nos pasa que estamos en distintos escenarios de nuestra vida cotidiana y la gente se nos arrima y nos pregunta por la publicación, por cómo vamos, o nos da alientos. Eso genera muchísima satisfacción. Saber que esto que en un primer momento surgió como un cuarteto de amigas que volcaban sus textos en una página en facebook sin ser demasiado conscientes de lo que hacían; a hoy, escribir para un libro. Lo vivo como una locura. Me encanta. Es más, por ahí te llaman la atención en la calle y te dicen “che, ¿por qué no activan la página?”. Tenemos seguidores muy lindos y los queremos sorprender. La fecha de presentación estimativa es febrero del año que viene. Para entonces se cumpliría otro aniversario más del grupo, así que poniéndole muchas pilas al proyecto.

¿Que no está diciendo la literatura que circula en las redes sociales, los blogs y demás plataformas?

-Tengo dos ideas que pueden sonar contradictorias acerca de lo dicho y lo no dicho en el campo literario pero que, sin embargo, coexisten pasivamente en mí. Por un lado el hecho de pensar que en literatura nada de lo que se dice es nuevo. Esto, en tanto creemos conocer o nos identificamos con determinadas expresiones y experiencias que circulan actualmente o que fueron quizás, antes contadas o tocadas de oído al menos. Que responden a una época en particular y con ella a un tejido simbólico. Desde esta idea, lo que importa más que lo que se dice es el cómo se lo dice. De ello dependerá, a mí modo de ver, que tanto uno logra conmover. Desde qué lugar, con qué recursos y de qué forma innova eso que cree saber de un determinado tema como por ejemplo, la soledad. No es lo mismo decir “heme aquí, sólo, en la oscuridad”, a decir “mi alma es redonda y ustedes, pu… cobardes, solo quieren sentarse alrededor”. Bueno, no sé si era el ejemplo más preciso, pero me gustaba. Probemos con otro. No es lo mismo decir “me muero por verte”, a: “cambio a toda esta familia, por un segundo con vos”. El contenido es la desesperación, por ponerle un rótulo, pero los modos de abordarla son distintos. Por esto que acabo de exponer me permitiría decir que ya está todo dicho. Porque los contenidos sobre los que se escriben, nos han sido dados; nos preexisten. Los permitidos, los tabúes, etc. están adjuntos ya en nuestra maquinita de pensar y hacer. Las plataformas virtuales, el flujo incesante de información, por ahí, amplía la red. Abre la cancha a nuevas re-escrituras. Nos brinda desde otros contextos, otras miradas sobre lo que es escandaloso o conmovedor en literatura. Y de acuerdo con eso, reproducimos una cosa u otra, un para quién quieres escribir, un sobre qué y desde qué lugar; a veces más conscientes que otras, pero todo el tiempo sujetos a una trama sea cual fuere. Bien. Eso por una parte.

La segunda idea, tiene que ver con el hecho de que es imposible decirlo todo, sencillamente porque todo es inabordable. A menos que nos adentremos en el hecho de que cada autor tiene su “todo” sobre el cual habla; pero no es esa mi intención. Se trata simplemente de aceptar que cuando uno escribe, hace un recorte de la realidad. Plasma una cosa por sobre otra; como cuando sacas una foto, elijes qué mostrar. Entonces ¿qué pasa con todo eso que no se ve?, “¿Qué no está diciendo...?” Y bueno, independientemente de la plataforma, eso ya tiene que ver, me parece, con una postura del autor. Lo que calla, lo que dice y lo que sugiere. Pero donde también el lector está plenamente implicado, por la interpretación que de todo ello hace. No nos olvidemos que quien nos lee, muchas veces elije, independiente de la voluntad del autor, dónde poner el acento. Hace su propio recorte. Y eso, a veces entendido o malentendido, puede resultar hermoso para algunos y horrible para otros. Es fascinante.

¿Te parece que un poema puede dar testimonio de un momento social determinado o se centra más en una historia personal?

-Me parece que en algunos casos puede ser la primera; en otros la segunda; en otros quizás ambas o algo más que escape a la pregunta. Creo que el destino de cada poema tendrá que ver con la intención del autor detrás del mismo aunque también, como decíamos antes, con la lectura que se realice de ese texto.

La literatura es una forma de expresión y cada quién lo hace como le sale. No me gusta pensarla en términos de que se centra en esto o aquello. No es algo que pueda guardarse en un cajón con llave. ¿O qué?, ¿No están acaso nuestras historias personales atravesadas por momentos sociales?

¿Por quiénes sientes respeto y afecto en el ambiente literario santiagueño?

- Hay escritores que me conmovieron al punto del llanto con algunos de sus textos tales como Natalia Sánchez y Néstor Mendoza. También hay autores que me dejaron pensando noches enteras, como Andrés Navarro, Paula Rivero y Claudio Rojo Cesca. Y Santiagueños que aunque no estén en la provincia, hacen como que si cada vez que los leo, generándome una cercanía tremenda con ellos, a través de sus textos, muy distintos por cierto. Sus nombres son Álvaro Méndez, Miguel Tapia y Sofía Landsman.

Creo haberme nutrido muchísimo por todos ellos desde que empecé a mostrar lo que escribía hace algunos años, a esta parte. El tiempo pasa y no dejo de querer leerlos. A ellos, mis entrañas y respeto.



BIO MARÍA
PILAR CARRBIO MARÍAPILAR CARRANZA


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