EXEQUIAS

El sorprendente funeral que los bandeños le ofrendaron a Evita Perón

E n s u l i b r o c o n “Petty” de Salido, “La Banda, Imágenes y Recuerdos”, “Nené” Grana de Manfredi rescata el relato de las increíbles escenas vistas y vividas tras la muerte de Eva Duarte de Perón, esposa del por entonces presidente de la República, Juan Domingo Perón. El relato corresponde al Dr. Alberto Usieto Blanco, donde hace referencia a los homenajes póstumos que santiagueños y bandeños ofrendaron a Evita por esos días, lo que incluyó hechos sorprendentes como velorios y sepelios, con cajón incluido y hasta una procesión hasta el cementerio local, aunque sin cuerpo, ya que las verdaderas exequias tuvieron lugar en Buenos Aires, como era de esperarse. As í lo de s c r ibí a e l h i s t o r i a d o r : “En L a Banda, al proclamar - se la noticia de la muerte de Evita, se suspendieron todas las actividades,entre ellas, la asamblea que debía realizar el Club Sarmiento esa noche. El intendente, que era el Dr. Aníbal Palavecino, y el Concejo Deliberante invitaron a la misa que se celebraría al otro día, el 27 (de julio de 1952), en la iglesia Santiago Apóstol. En el atrio se alzó un altar y la concurrencia superó las 2000 personas (…) y ante el catafalco (armazón cubierto con tela negra que representa un sepulcro y que se levanta en los templos para celebrar los funerales por un difunto) colocado en el atrio comenzaron a ubicarse las ofrendas florales y a proclamarse las adhesiones”. En otro párrafo describe el clima de esos días: “Un segundo altar se instaló en la plaza Belgrano y el Sindicato de Empleados y Obreros Municipales invitó a un sepelio simbólico para concurrir en caravana al cementerio y depositar ofrendas florales ante la Cruz Mayor. Como empezaban a proliferar los altares, la Intendencia resolvió que se erigiría un altar único en la plazoleta de la Estación. Y así fue”. Más adelante describe el sepelio simbólico: “El sábado 9 (de agosto) ya se había hecho el programa de pompas fúnebres y se había establecido hasta un orden de prioridades para la marcha de las escuelas hacia el cementerio, donde sería el entierro simbólico (...) El 10 se completaban las instrucciones para la inhumación: no habría carruaje mortuorio, el silencio de memoria sería de 15 minutos completos, no se permitirían distintivos, sólo banderas argentinas con crespón negro y bien atadas al asta para que flamearan. Y así sucedió el entierro simbólico de Eva Perón en La Banda, a la caravana mortuoria la encabezaba un coche con altoparlante que difundía música sacra. Para el 12 ya se habían terminado las manifestaciones y el libro de adhesiones contaba con las firmas de más de cincuenta instituciones bandeñas”. l
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