La cultura, el tesoro más valioso de Frías

Lo que el sistema distancia, la cultura une en un lenguaje común a las sociedades. Frías le hace una fiesta. Está en todas partes.

Al cruzar la vieja “pasarela ferroviaria”, al caminar por las plazas centrales 25 de Mayo y 9 de Julio, al transitar bajo la sombra de los palos borrachos de la calle San Martín que por estos días aroman el aire con perfume a historia, al pasear por los anchos veredones de la vieja estación ferroviaria, al leer un poema o escuchar el acorde de una guitarra que endulza el canto de homenaje a esta porción de tierra. Está por todos lados.

Se la ve, se la siente, se la respira: el tesoro más valioso que tiene Frías y que cada año se revaloriza, su cultura.

A lo largo de su historia, Frías ha forjado desde sus entrañas todo tipo de valores, algunos trascendieron por su talento profesional (médicos, abogados) que dejaron fuertes pilares donde se fue sustentando el andamiaje cultural en el tiempo, otros en el deporte (fútbol, básquet), escritores, músicos y cantores, maestros, pintores, escultores, inmigrantes y obreros que entregaron su vida, imprimiendo en su piel el sentido literal de la pertenencia.

Tan arraigada se hizo la forma en la que se fue hilvanando este conjunto de conocimientos que la ciudad ha decidido establecer el 14 de agosto como el Día de la Cultura Friense, fecha del fallecimiento de la poetisa Selva Yolanda Ramos, por ser una clara referente local más allá de las fronteras de Frías.

La cultura que no es otra cosa que el alma de los pueblos, en el caso de Frías una vez materializada se transforma en la herramienta más fiel para borrar fronteras, hermanar desde el común denominador a los hombres. Será ésta para la “Ciudad de la Amistad” su tesoro más valioso.