Juan y Darío Grandinetti: padre e hijo también en el cine
No es la primera vez que trabajan juntos, pero sí la que más los marcó por la madurez actoral de Juan, uno de los tres hijos de Darío Grandinetti.
Darío Grandinetti (58) se crió en un barrio de Rosario en el que a todos les preocupaba qué le pasaba al vecino. Aunque tuvo un acercamiento al deporte y jugó a ser futbolista, se decidió por la actuación y comenzó a estudiar teatro a los 17 años. Dos películas cambiaron su vida: "El Padrino", como espectador. y "Hable con ella", como actor. A partir de ahí comenzaron a llamarlo para trabajar en el exterior.
Lleva filmadas más de 45 películas y su vida se reparte entre la Argentina y España. Está en Buenos Aires presentando "Te esperaré", el filme en el que comparte cartel con Juan, uno de sus tres hijos. Al finalizar, viajará a Barcelona para comenzar un nuevo rodaje, siempre acompañado de su mujer, Pastora Vega (57).
El nuevo film de Alberto Lecchi se estrena el 2 de noviembre, allí Grandinetti interpreta a Ariel Creu, un arquitecto argentino, casado con Laura (Inés Estévez) y padre de Federico (Juan Grandinetti). La aparición de los restos de su abuelo, Miguel Creu, un héroe mundial que se convirtió en personaje literario en manos de Juan Benítez (Juan Echanove) lleva a Federico a buscar la verdad y reconstruir su historia. Una historia de la que Ariel prefiere escapar. El camino que recorren generará dificultades, peligros y un final sorprendente en el marco de un thriller con suspenso, drama y la mirada del vínculo padre-hijo a través de las generaciones.
Sobre el trabajo compartir con su hijo Juan, Grandinetti reflexionó: "No es la primera vez que trabajamos juntos, de hecho él leyó el libro antes que yo (risas). Cuando yo lo leí, ya sabía que él iba a hacer de mi hijo. Mucha gente que está en la película conoce a Juan de chiquito, desde que nació, eso también tenía algo especial para nosotros. A la hora de trabajar esta cuestión conflictiva que tienen los personajes, su necesidad de descubrir la verdad y mi deseo de taparla, habla de cosas que cualquier padre e hijo viven. Uno quiere protegerlo, que no cometan los errores que ellos necesitan cometer".
Además, remarcó: "Me pasa algo con las películas que yo hago, que es que casi nunca me gusto, no termino de estar conforme con lo que hice. Pero en este caso veo a mi hijo y sí. Me gusta cómo se ha preparado él para este oficio, tiene muchas herramientas, muchas más de las que tenía yo a esa edad, y me gusta cómo se lo toma".
La Segunda Guerra Mundial, la Revolución Cubana, la Guerra Civil Española y la última Dictadura militar argentina; son algunos hechos históricos que refleja la película. Los mismos que marcaron un antes y un después, un pasado que aún el mundo llora y recuerda a través de las vivencias, y de los abuelos.
Una frase del hijo de Grandinetti, en la piel de Federico, subraya: "Incluso cuando las revoluciones fracasan, algo cambia".
Darío Grandinetti compartió su mirada sobre esto: "Sí, por eso yo creo que mi personaje está más cerca del padre de lo que le gustaría. Uno habla de revolución y a veces el que escucha cree que estamos hablando de luchas armadas, y no. La revolución es un cambio, es cambiar algo. Cuando hay un gobierno democrático electo, puede ser revolucionario. Claro que cambian las cosas, aunque luego.