ANÉCDOTAS DEL TAXI | Florcita

Por Victor David Bukret

Bien podría haber sido "La hermana de Chucky". Bien podría haber tenido 3 añitos.

Confirmo que estoy en el domicilio que pidieron el remís, pero sospecho que ella, con sus "hermosas manitas embarradas" no era parte de los pasajeros. Error.

Ella me sonreía como presagiando mi destino, y me muestra el barro. Cuando logro que su mamá limpie un poco sus "garras", le permito que aborde.

El espejo retrovisor era mis "ojos en la nuca"... y ella lo sabía. En las primeras cuadras del recorrido, ya había bajado los dos vidrios, (aclaro que el auto estaba recién lavado, y tenía el aire acondicionado prendido).

-¡Señora! Le digo, le puede abrir la puerta la nena... Pero, la doña seguía compenetrada en su celular.

En la parte posterior de mi asiento, la empresa coloca un cartelito, con los datos del chofer, del móvil, etc. Ella aprovechó que tenía elástico, y me lo lanzaba directamente al cuello, porque está sujetado al apoyacabezas.

Le dedico otra mirada con cara de perro, pero contrariamente a asustarse, me devolvía una sonrisita diabólica...

Por un instante la pierdo de vista, y eso me preocupa. Porque era una pelea solo entre "ella y yo".

Al lado de la palanca del freno de mano me lo aparece, pero con la cabeza invertida. Da un alarido...Yo doy otro. Ésta "piel de Judas" ahora arañaba el tapizado del techo, y me sacaba la lengua.

A esta altura, pasaba de un lado al otro del asiento, por sobre de su MAMÁ, que disfrutaba de alguna cumbia por el blanco auricular Samsumg j5

El mismo demonio que impulsaba a "la nenita" me decía: "¡Clavá los frenos... que se estampe en el parabrisas!".

Pero no. Gracias a Dios no lo hice, (aunque me sobraban ganas). Ya la veía volar como Goku, y clavarme su talón en mi oreja derecha.

Faltaba poco para llegar a destino, (vaya paradoja, La Capilla del Divino Niño), y me pegaba una vez en cada hombro, y aparecía en el contrario y me decía: "aca estaaaaaaa".

Me pellizcó, me pateó el respaldo, me pagó el viaje, y la mamá le dice:

"saludálo al señor, Florcita"...

Creo que cuando arranqué, me largó un escupitajo.

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