PROTAGONIZADA POR INGRID BERGMAN Y HUMPHREY BOGART

"Casablanca", un filme que mejora cada vez que se lo ve

"Casablanca", cuyo estreno neoyorquino cumplió ayer 75 años, es con toda seguridad la película romántica más citada de la historia del cine.

En un Hollywood que producía películas a montones, mayormente situadas en las trincheras y con elencos mayormente masculinos, "Casablanca" trataba el hecho bélico de manera tangencial e incorporaba una pareja que se haría inmortal por su enorme química -Humphrey Bogart e Ingrid Bergman-, un modelo para las parejas de enamorados cuyas historias guardan un costado angustioso. La acción se desarrolla en la ciudad atlántica de Casablanca, Marruecos, reproducida en los estudios de Burbank, California, que ubica ese enclave ultramarino francés bajo el poder de los ocupantes de Vichy, mientras el elusivo dueño de un club nocturno -Rick Blaine, o sea Bogart- oculta su simpatía por la Resistencia francesa o quizás su participación. Es una película cuyas frases pasaron a la evocación popular: "El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos", "De todos los cafés del mundo, ¡ella entra al mío!", "Siempre tendremos París" y "Creo que bajo su apariencia de hombre cínico, es usted un sentimental". Todas esas frases pueden ser corroboradas por todos los que con el paso de los años descubran o vuelvan a ver "Casablanca", así como no lo es "Tócala otra vez, Sam’, una que ha cobrado universalidad sin que Rick/Bogart se la haya dicho al pianista Dooley Wilson.

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