FEDERICO MUÑOZ

Prevén que la suba de precios será más alta que lo estimado y el tipo de cambio crecerá en el segundo semestre

El economista Federico Muñoz, se refirió también a tres datos clave de la economía para el año próximo: actividad económica, inflación y la situación del dólar. En cuanto al crecimiento, el analista subrayó que el PBI avanzaría 3,5%, pero 1,5 punto lo aportaría el famoso “arrastre estadístico” (esto es, lo que crecería el PIB en 2018 si se mantuviera estable todo el año el nivel de actividad cuarto trimestre). Si se quita el arrastre, el ritmo de crecimiento será menor: en 2017, la tasa de crecimiento trimestral promedio terminaría siendo de 1,1% “y para 2018, proyectamos un ritmo de avance trimestral promedio de 0,7%”. ¿El motivo? “Creemos que en 2018 habrá una pérdida de dinamismo básicamente porque el sesgo más contractivo de las políticas monetaria y fiscal, harán mella en el ritmo de avance de la demanda doméstica”, explica Muñoz. Inflación En cuanto a la inflación, Muñoz indicó que “el 2017 se estaría cerrando con un aumento anual del IPC de 24%, siete puntos porcentuales por encima de la meta pautada. “Para el 2018, también revisamos al alza nuestro pronóstico y ahora proyectamos una inflación anual de 16,5%”. Dólar Para el economista, “es de esperar que en los próximos meses persista la tendencia a la apreciación real del peso, por la continuidad del ingreso masivo de dólares financieros al país”. Sin embargo, “quizás, hacia el segundo semestre de 2018, con la progresiva baja de las tasas de interés locales, esa avalancha tienda a ceder y mengüe la presión a la apreciación cambiaria”. Además, “no descartaríamos que el inquietante crecimiento del déficit de Cuenta Corriente induzca, en algún punto, cierta redolarización de carteras”. En definitiva, “esperaríamos un aumento del tipo de cambio similar a la inflación aunque con la mayor parte de la depreciación concentrada en la segunda mitad de 2018”. En cuanto a la situación de la macro economía, Muñoz señaló que “por primera vez en décadas, vemos que se están atacando males de muy larga data (la indisciplina macro crónica y el déficit estructural de competitividad), lo que nos hace creer que estamos ante una oportunidad real y concreta para que la economía argentina abandone al fin su deriva decadente”.
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