Vecinos aterrados gritando debajo de las camas
Entre las 12 de la noche y tres de la madrugada, la campal provocó amargura y terror en los vecinos.
Ayer confiaron a EL LIBERAL: "Nos llovían los ladrillazos. Hay gente que no tiene nada que ver con estos tipos. No es justo que nos hayan roto puertas y ventanas", lamentaron.
Muchos accedieron a las preguntas, pero sin nombre y apellido, aclararon.
Sin perdón
"Esta gente no te perdona. Va a volver cuando termine el velorio. La policía va a retirarse y nosotros seguiremos viviendo en este lugar". En la oscuridad, todos buscaron refugio debajo de las camas. Ayer, al abrir las puertas, los vecinos descubrieron piedras, palos y ladrillos en un radio de 100 metros. Asumieron que viven de milagro.