"TODO EL DINERO DEL MUNDO"

La avaricia y las miserias humanas en un filme duro

La película, dirigida por Ridley Scott, se exhibe en las salas de Santiago. Un gran guión para una realización que se lleva todos los aplausos. Una realización que, por su tratamiento, remite a "El Mercader de Venecia" de William Shakespeare o "El Avaro" de Moliere. Una dirección impecable y una magistral actuación de Christopher Plummer.

"Todo el dinero del mundo", el nuevo filme de Ridley Scott que se exhibe en los cines de Santiago, utiliza el secuestro del nieto del multimillonario John Paul Getty, sucedido en Italia en 1973, como una excusa para hablar sobre cómo la avaricia se impone por encima del amor filial.

El filme cuenta con la brillante actuación de Christopher Plummer como el magnate norteamericano, papel que le valió una nominación a los Oscar que se entregan en marzo, luego de que reemplazara a Kevin Spacey, expulsado de la película luego de los escándalos sexuales que se ventilaron en Hollywood a partir del caso Weinstein.

El dilema entre la avaricia y el amor queda claro desde la segunda escena de la película, cuando su hijo John Paul Getty II (Andrew Buchan) le explica a su esposa, Gail Harris (Michelle Williams), que no conoce a su padre porque nunca estaba en su casa.

A renglón seguido, Getty (Cristopher Plummer) recibe al matrimonio y a sus tres hijos en un hotel en Roma, momento en el que el personaje del magnate del petróleo queda al desnudo: no sólo se disculpa entre sonrisas por su ausencia en la familia, sino que lo encuentran planchando su propia ropa para ahorrarse unos pocos dólares.

Como si fuera una relectura de "El mercader de Venecia", de Williams Shakespeare o de "El Avaro" de Moliere, Scott dibuja en Getty una figura moderna de Shylock y Harpagón, quien a través de una cerradura disfrutaba de ver el brillo de las monedas de oro acumuladas en su cuarto, mientras su familia caía en la miseria.

El director de "Alien" y "Gladiador" desnuda a sus personajes en los primeros 15 minutos de cinta y con toda la carne al asador hace que sus virtudes y miserias luchen hasta el último minuto de la historia.

El 10 de julio de 1973, John Paul Getty III, o Paolo, como se lo conocía en Italia, fue secuestrado en la zona de prostitutas de Roma por un comando de la Ndrangheta, la mafia calabresa. Los secuestradores, al comienzo, pidieron 17 millones de dólares, una suma ínfima para el primer hombre en la historia en superar los 1.000 millones de la moneda estadounidense en fortuna personal.

Sin embargo, pese a que para el magnate hubiera sido menos que un vuelto, su avaricia fue superior y rechazó pagar cualquier tipo de suma. Pese a ello, le pide al ex agente de la CIA Fletcher Case (Mark Walhberg), que con el menor gasto posible logre la libertad de su nieto.

David Scarpa, guionista del filme, comentó: "Esta es una historia en la que la crisis es aparentemente fácil de resolver, en donde la familia tiene todo el dinero que necesita para rescatar a su hijo, pero el problema no es resolver un crimen, sino que Getty es incapaz de despojarse de dinero, aunque sea para salvar a su nieto. Esa es la verdadera trama de película"

"Lo que hace que esta película sea única es que no es un típico melodrama de secuestro donde existe la familia y los secuestradores. En este caso, realmente no lo es. Los secuestradores son un factor, sin duda, pero en realidad la batalla de testamentos está dentro de la familia, entre Gail y el propio Getty", remarcó Scarpa.

Un gran guión para una película que se lleva todos los aplausos.

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