PELLEGRINI

Por un mal entendido, atan a un árbol y fracturan a golpes al novio de una joven

El novio fue atacado a trompadas y patadas. En el fragor de la paliza, lo ataron a un árbol para que confiese un rapto inexistente.

Desfigurado a moretones y fracturas, un vecino de Pellegrini terminó en una sala de hospital, víctima de la ira y confusión del padre y dos hermanos de su novia.

El bochorno situó en un bando a dos enamorados. Enfrente, al padre y los hermanos de la joven.

Según la investigación que instruye la fiscal Carla León, los "tortolitos" vivieron su amor a escondidas.

La clandestinidad no era antojadiza. Ella advertía férrea resistencia familiar.

Contra toda oposición, los novios se habrían "ausentado" e iniciado una convivencia el mes pasado.

Desatinos

Jamás asumieron que la dilatada ausencia de la chica causaría una serie de desatinos, marcada por la furia familiar y el odio visceral al novio.

Sin chequear absolutamente nada, el padre y dos hijos habrían irrumpido en la casa del novio, donde el joven se encontraba solo.

Cero espíritu dialoguista, los visitantes entraron y habrían iniciado una seguidilla de golpes que minaron toda fortaleza.

Tres contra uno no resistía mínima posibilidad de defensa. Para los tres individuos, el dueño de casa traicionó la amistad y se llevó secuestrada a la joven.

Visita moralizadora

Dispuesto a limpiar el honor de la muchacha, lo apalearon dentro y fuera de la casa. En el fragor de la golpiza, lo ataron a un árbol durante varias horas.

Recién el arribo de la mujer evitó que el castigo se tornara en un viaje sin regreso.

Urgente, la mujer pidió ayuda y la policía sosegó a los exaltados y los detuvo.

En audiencia, ayer el juez de Control y Garantías, Fernando Paradelo, hizo lugar el reclamo de la fiscal Carla León, quien requirió la prórroga de detención de los tres detenidos y no habría objetado la libertad de un cuarto apresado, ajeno al escándalo violento.

Por ende, el fin de semana los agresores seguirán tras las rejas. Y en la nueva audiencia, quizá sean excarcelados, bajo duras reglas de conducta.

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