OPINIÓN

Otoño: cómo cuidar los ojos en esta estación

Por el Dr. Ricardo Passone. Sociedad Oftalmológica de Santiago del Estero.

En otoño el ambiente se oscurece, llega el frío, la lluvia y, aparentemente, no estamos expuestos tanto al sol como en verano. Sin embargo, en esta estación también debemos de cuidar nuestros ojos. Someterse a controles oculares periódicos es de suma importancia para cuidar tus ojos. En muchas ocasiones, se piensa que solamente se debe asistir a un oftalmólogo cuando hay un problema visual, sin considerar que algunos de estos inconvenientes pueden prevenirse. Si bien en el otoño los ojos no están totalmente expuestos al sol, en esta estación también es primordial cuidarlos. La afección más común de esta época es la sequedad visual, un trastorno que se genera en la superficie de la córnea y la conjuntiva como consecuencia de la carencia de producción de lágrimas o por su mala calidad. Las principales manifestaciones del síndrome de ojo seco son irritación, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño en el interior del ojo o arenilla. La fatiga, lagrimeo y pesadez en los párpados también son síntomas. Un ojo mal lubricado puede derivar en molestias oculares y lesiones en la córnea o conjuntiva. En este sentido, es fundamental el diagnóstico y tratamiento precoz para prevenir daños mayores. Las lágrimas artificiales y pomadas lubricantes pueden ser efectivas, ya que contribuyen a hidratar la superficie ocular. No obstante, estas deben ser recetadas por un oftalmólogo.

¿Por qué aparece sequedad ocular en otoño?

La sequedad ocular surge en otoño e invierno producto de factores ambientales asociados a espacios con alta evaporación. De esta forma, la calefacción o el viento son clásicos detonadores de este trastorno. Otro de los inconvenientes es que en otoño se habita en ambientes cerrados, con estufas o artefactos de aire acondicionado, que ayudan al desarrollo de la sequedad visual y la irritación. El otoño también se asocia al retorno al trabajo o colegio, actividades que implican estar con la mirada fija y expuestas a pantallas digitales. Así, en esta estación también son habituales afecciones como la vista cansada o borrosa. Es muy común experimentar sequedad ocular por la mañana en los secos meses de otoño, cuando las hojas de los árboles se caen y las esporas de moho están en el aire. Para muchas personas echarse gotas para los ojos justo antes de acostarse y, al menos, 30 minutos antes de ponerse las lentillas por la mañana les ayuda a que sus ojos se mantengan húmedos durante todo el día.

Lentes de contacto incómodas

Si durante el otoño no se puede usar las lentes durante tantas horas como en verano, hay que asegurarse de seguir la regla de un día sin lentes. Usar gafas una vez a la semana ayudará a que las lentes estén más cómodas, por más tiempo, el resto de los días.

Ojos irritados o rojos

La humedad, las esporas de moho y las hojas cayéndose hacen estragos en el sistema inmunitario. Si sufre alergias otoñales, se puede probar usar gotas para calmar la picazón o la irritación ocular. Para este caso se recomienda gotas para un efecto refrescante y calmante. Si tus síntomas son severos, deberías hablar con el médico para que le recete algún antihistamínico.

Fatiga, dolores de cabeza y ojos cansados

La fatiga visual digital es un problema común durante todo el año, ya que la mayoría de nosotros pasamos más de 9 horas al día usando dispositivos digitales. Si molestan los ojos, tiene dolores de cabeza o los ojos secos, hay que asegurarse de seguir la regla 20-20-20: cada 20 minutos y por 20 segundos mirar algo que esté a aproximadamente 6 metros de distancia. En otoño, los días son más cortos, hace más frío, hay más nubes en el cielo y, poco a poco, se recuperan las rutinas diarias. El otoño es un momento ideal para cuidarse, para establecer un estilo de vida sano. Desde la Sociedad Oftalmologica de Santiago del Estero proponemos incluir la salud visual entre los buenos hábitos de tu futuro inmediato. Los siguientes consejos ayudarán a conseguirlo: n Visitar al oftalmólogo. Hacerse una revisión anual es especialmente importante en algunas etapas de la vida: vEn la infancia y la adolescencia. La vista puede cambiar mucho durante el desarrollo. Recuerde que el 30% de los casos de fracaso escolar están relacionados con problemas visuales. vA partir de los 40 años. Con la llegada de la presbicia, empezará a notar dificultades para enfocar los objetos cercanos. No llevar la corrección adecuada aumenta el riesgo de fatiga visual y dolores de cabeza, espalda y cuello, entre otras cosas. vEntre los 50 y los 60 años. A esta edad empiezan a dar la cara algunos problemas visuales como ojo seco, glaucoma, retinopatía diabética, cataratas o degeneración macular asociada a la edad (DMAE). n Vigilar la vista anualmente, sobre todo si hay antecedentes de estos problemas en la familia: la prevención es clave para tener un buen pronóstico.

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