Se le escapó en la última bola del juego
La Fusión perdía por 25 en el segundo cuarto, pero reaccionó y tuvo para ganarlo con una bandeja de Brussino.
Quimsa mostró dos caras contrapuestas en Junín. Jugó muy mal en el primer tiempo y llegó a perder por 25 (52 a 27), pero reaccionó en los dos últimos cuartos y tuvo para ganarlo con la última bola. La bandeja que ensayó Juan Ignacio Brussino no quiso entrar y Argentino terminó celebrando en el Fortín de las Morochas. El equipo santiagueño sufrió su cuarta derrota consecutiva y cayó a la quinta posición en la tabla. El partido En los dos primeros parciales, Quimsa se mostró como un equipo tibio en defensa e irresoluto en ataque. Argentino ganó los dos primeros parciales (32 a 16 y 20 a 16) y se fue al descanso largo con una ventaja de 20 puntos (52 a 32). Sin embargo, en el tercero llegó la reacción de la mano de Brussino en ataque, pero sobre todo a partir de un mayor compromiso con el aspecto defensivo. La visita ganó el parcial 25 a 16 y se puso a 11 (68 a 57). En el tercer cuarto, Quimsa jugó con gran personalidad y aplomo para dejar sin gol al local durante varios minutos y para ponerse en partido nuevamente con el valioso aporte de Jeremiah Massey. En el último minuto, Quimsa fue en busca del juego. Montero robó una pelota crucial a Saglietti y depositó la bandeja para ponerse a 3 (75 a 72). El local volvió a perder la bola y apareció Massey para clavar un triple con cristal que empató el juego en 75 a 16 segundos del final. En la siguiente acción, Montero cortó con falta (¿por orden de Santander? y envió a la línea de libres a Cequeira, que erró el primero y convirtió el segundo. La última bola para ganar el juego quedó en manos de Brussino, que penetró y ensayó una bandeja con mucha parábola ante la marca Kent, pero la pelota dio en el cristal, no tocó el aro y desató el festejo del público local. Quimsa dejó escapar una gran chance en Junín y volverá de la gira con las manos vacías. El miércoles, buscará revancha ante Hispano Americano, en el Ciudad, con la obligación de ganar para poder mantenerse en puestos de vanguardia.