ANÉCDOTAS DE LA HISTORIA

Bernardino Rivadavia, el presidente del sillón

Por Eduardo Lazzari. Historiador.

PRIMER PRESIDENTE LEGAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

El sillón de Rivadavia se ha convertido en el símbolo de los primeros mandatarios argentinos. Sin embargo, no existe. Salvo una poltrona que Bernardino Rivadavia utilizaba en los oficios religiosos en la Catedral de Buenos Aires y que se conserva en su museo, no hay ningún mueble que pueda ser vinculado con el primer hombre que fue titulado presidente del país. Si se visita el vestíbulo de honor de la Casa Rosada, uno se encuentra con los bustos de los presidentes argentinos ordenados en forma cronológica. Y el recorrido comienza por Cornelio de Saavedra, que era presidente, pero sólo de la Junta Gubernativa del Río de la Plata. Y a continuación el rostro que la escuela hizo familiar de don Bernardino Rivadavia. A él nos dedicaremos hoy

NACIMIENTO, ESTUDIOS Y FAMILIA

Bernardino de la Trinidad González de Rivadavia nace en Buenos Aires el 20 de mayo de 1780, en el hogar formado por el abogado de la Real Audiencia don Benito González Ribadabia y doña María Josefa de Jesús Rodríguez de Rivadeneira. Fue bautizado al día siguiente en la parroquia de Catedral al Norte. Era el cuarto de siete hermanos. Bernardino estudió en el colegio de San Carlos la filosofía y la teología. Abandonó las aulas antes de graduarse por la necesidad de ocuparse de los negocios de su padre, ya que era el mayor de los varones. El prestigio familiar había sido afectado por un juicio que sufrió don Benito y que le costó su carrera como funcionario. Participó como miliciano en la Reconquista de 1806 y en la Defensa de 1807, durante las invasiones inglesas. De esos tiempos quedaron notas prolijas relatando los acontecimientos, que fueron recuperadas y publicadas por Florencio Varela. Llegó a ser alférez real nombrado por Santiago de Liniers. El 14 de diciembre de 1809 se casó, en la Iglesia de la Merced, donde había sido bautizado, con Juana Josefa Joaquina del Pino y Vera Mujica, hija del virrey Joaquín del Pino y de Rafaela de Vera Mujica, la virreina vieja. Esto le granjeó a Bernardino una figuración social que no tenía y que supo aprovechar para convertirse en un protagonista de los sucesos por venir. El matrimonio tendrá cuatro hijos: José Joaquín, Constancia, Bernardino y Martín. Sólo los varones llegarán a edad adulta. Las principales dedicaciones de don Bernardino fueron, en el ámbito privado, la procuración y el oficio de martillero.

ACTUACIÓN PÚBLICA

Participa del Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, y pasa desapercibido allí, al igual que Mariano Moreno. Al constituirse el Primer Triunvirato, fue nombrado secretario de guerra, sin voto. La llegada de José de San Martín, Carlos de Alvear y José Zapiola, que rápidamente crearon la logia Lautaro, Bernardo de Monteagudo como líder de la Sociedad Patriótica, se convirtieron en adversarios de Rivadavia y el Triunvirato, que fueron derrocados por la revolución de octubre de 1812. Durante su gestión se fundó el Museo de Historia Natural y se instaló la Biblioteca Pública, se dictaron los decretos de fomento de la inmigración y de la industria. En 1814 vuelve a la actividad pública como enviado diplomático, junto a Manuel Belgrano, ante las cortes de Londres y Madrid. Luego fue solo a París donde recibió la noticia de la declaración de la Independencia, en San Miguel del Tucumán, y el nombramiento de su amigo Juan Martín de Pueyrredón como Director Supremo. Permaneció en Europa hasta 1820, cuando regresa al país. Asume como ministro de gobierno de la recién creada provincia de Buenos Aires, bajo el mando del general Martín Rodríguez, en los albores de 1821, y su gestión fue conocida como la “era feliz”. Se crearon la Universidad de Buenos Aires, el Archivo General, el Registro Oficial y el Banco de Descuentos, antecesor del Banco de la provincia de Buenos Aires. Se fundó la Sociedad de Beneficencia. Produjo la reforma militar y la eclesiástica, siendo esta última la medida más polémica de su tiempo. Se construyó la fachada de la Catedral de Buenos Aires y se comenzó el edificio de la Sala de Representantes en la manzana de las luces. Se fomentó la prensa. Pero sus políticas lo enemistaron con los federales y con José de San Martín. Y el préstamo contraído con la firma inglesa Baring Brothers es la decisión económica más cuestionada a Rivadavia, aunque las precauciones de los prestamistas no fueron desacertadas. Se tardaron ochenta años en cancelar la deuda.

PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA

La convocatoria a un Congreso General Constituyente, su elección como diputado porteño y la guerra contra el Brasil, lo pusieron en el camino de la presidencia. El 8 de febrero de 1826 juró el cargo de Presidente creado por la ley de presidencia. Luego se disolvió la provincia de Buenos Aires y su territorio se convirtió en capital de la nación. Los nombramientos de Alvear a cargo del ejército argentino y de Brown a cargo de la escuadra de guerra permitieron el logro de grandes victorias militares y navales que pusieron la guerra a favor del país. Sin embargo, las difíciles condiciones internas y el envío de una gestión diplomática para negociar la paz en Río de Janeiro terminaron en un desastre. El territorio en disputa, la Banda Oriental quedaba para el imperio del Brasil. Esto provocó una formidable crisis que se llevó puesto a Rivadavia, que renunció el 27 de junio de 1827, siendo sucedido por Vicente López y Planes, que dos meses después aniquiló el gobierno nacional.

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