POR EL LIC. MARIANO VEGA BOTTER. NEUROPSICÓLOGO

El tsunami cerebral

El cerebro, unos minutos antes de morir y luego, crea una ola de actividad eléctrica conocida de esta forma.

A lo largo de los tiempos y las investigaciones sobre nuestro cerebro, me ha llevado al estudio constante dentro de una perspectiva neuropsicológica, sobre sus funciones y sobre lo que se mueve y se produce en cada situación funcional cerebral como los pensamientos, las conductas y comportamientos, nuestro control de impulsos, nuestras funciones ejecutivas, nuestra cognición para la interpretación y comprensión de las cosas que tenemos en nuestras vidas cotidianas y lógicamente nuestras emociones que de alguna manera nos permite pensar en la unión de nuestro cerebro con nuestro corazón e infinidad de funciones que no podría nombrarlas a todas por cuestión de espacios y tiempos. Siempre el estudio de nuestro cerebro se proyectó a la evolución de sus funciones y a lo que se podía lograr con un tipo de cerebro evaluado de una forma profunda con aquel que había sido evaluado por alguna disfuncionalidad por ser protagonista de un mal desarrollo, retrasos madurativos, por accidentes cerebrovasculares (ACV), por accidentes de tránsito que por fuertes golpes nos provocan un traumatismo encefalocraneano (TEC), o simplemente por un cerebro avejentado y moribundo por una avanzada edad. Es aquí donde me quiero detener porque la misión que tengo para transmitirle en esta nota, es el conocimiento que deseo para el lector sobre la muerte cerebral, cómo se va apagando como órgano “todopoderoso” y cómo sus funciones lentamente van quedando sin sus conexiones neuronales a través de sus electrodos permitiendo ya la deficiencia sináptica o unión de nuestras neuronas, o sea, una necrosis; y podría ponerme un poco en el lugar del “morboso investigador” de este escrito para mis lectores para aportar sobre decididamente lo que ocurre con nuestro cerebro cuando nuestra vida se apaga, cuando morimos; allí es donde va focalizado el objetivo de lo que también debemos conocer tanto en sus funciones, en sus investigaciones como en la muerte misma, qué pasa con el cerebro cuando nos morimos, no es un tema que al común de las personas lo conozcan, pero es necesario el conocimiento científico de cómo se produce nuestra muerte cerebral luego de la corpórea, sin extenderme mucho más, estamos hablando de lo que unos investigadores y grandes profesionales le llamaron “tsunami cerebral”. 

AVANCES

Un equipo de neurólogos y neuropsicólogos del Hospital Charité Universitätsmedizin Berlín (Alemania) y la Universidad de Cincinnati (Estados Unidos) ha logrado uno de los mayores avances del año en materia neurológica, médica y neuropsicológica. El cerebro, justo antes de morir, genera una ola de ac t ividad eléctrica, fenómeno al que han bautizado como “tsunami cerebral”. Una vez pasado el temporal, la muerte es irreversible. No obstante, este estudio pionero cuyo título es “Despolarización de la difusión terminal y el silencio eléctrico en la muerte de la corteza cerebral humana”, supone un doble hallazgo. Por un lado, el de que la conciencia puede seguir estando activa minutos después de que el resto del cuerpo haya dejado de estarlo. Por otro lado, que este retardo aumenta la probabilidad de que durante esos pocos minutos de conciencia activa-cuerpo inactivo, el proceso de muerte cerebral pueda llegar a revertirse.

LA MUESTRA DE PACIENTES

El equipo de neurólogos, médicos y neuropsicólogos alemanes y norteamericanos tomó como muestra a 9 pacientes, procedentes de Alemania (Berlín) y Estados Unidos (Cincinnati y Ohio). Todos ellos presentaban lesiones cerebrales irreversibles debido a que habían sufrido accidentes cerebro vasculares (ACV), accidentes de tráfico, ictus o paros cardíacos. Por eso, los neurólogos y médicos e investigadores tenían como orden no resucitarlos. Para ello, tuvieron que solicitar previamente el consentimiento informado de los parientes de estos pacientes para que no se les reanimara en caso de necesitarlo.

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