La responsabilidad cristiana

Por el padre Gilbert. Párroco de Ma. Auxiliadora.

La responsabilidad es el cumplimiento de las obligaciones, el cuidado al hacer o decidir algo. El ser responsable reflexiona antes de tomar cualquier decisión, aunque después haya consecuencias.

Todos somos responsables de nuestros actos y acciones. Una persona se caracteriza por su responsabilidad porque tiene la virtud no solo de tomar una serie de decisiones de manera consciente, sino también de asumir las consecuencias que tengan las decisiones, ante quien corresponda, en cada momento.

En la vida cotidiana somos responsables de todo y como creyentes debemos vivir la responsabilidad como seguidores de Cristo.

Dios nos pide que seamos responsables con todos nosotros.

“Tomemos el control de nuestra vida. Sin la responsabilidad no podemos controlar lo que hacemos, ser responsables de nuestras vivencias y de cómo vivimos”.

Cuántas personas hoy viven sin tomar responsabilidades. Hay que ser responsables con Dios.

Cuántas veces hemos vivido sin hacer nada pensando que Dios lo iba a hacer en nuestro lugar.

La responsabilidad es una respuesta a un llamado, a cumplir lo que hemos prometido. No hay que hacer promesas para cumplir, sino que debemos ser responsables de nuestra vida.

Asumirla no es salir corriendo, es más bien enfrentar el asunto, la vida concreta.

Después oí la voz de Dios que decía “a quién enviaré”. Entonces respondí yo: envíame a mí.

Es una disposición de hacer lo que Dios quiere. Dios nos tiene propósitos y como creyentes tenemos la oportunidad de ser parte de estos propósitos asumiendo nuestra responsabilidad.

“Si yo quiero ver a Dios obrar en mí debo ser responsable conmigo mismo. A todo Dios da, pero no hacemos nada para ponerlo en práctica”.

Dios no bajará para darnos de comer. Dios nos da responsabilidades para que nosotros nos hagamos cargo. ¿No es mejor asumir nuestra responsabilidad y dejar que Dios haga lo que Él quiera hacer? hay que asumir y aceptar.

Nuestra responsabilidad es también mantenernos firmes en el Señor. “Somos libres y la libertad nos da la oportunidad de vivir como responsables de nuestras acciones ante Dios y nuestra sociedad”.

Este domingo celebramos la Trinidad y hay tres personas; cada una tiene su responsabilidad para que el mundo llegue a la salvación. Cada persona hace lo que debe. Eso es lo importante.

Nosotros vivimos en este mundo y si cada uno toma su responsabilidad, el mundo irá mejorando. Cuando dejamos todo pensando que los demás van a tomar nuestra responsabilidad, no vamos a llegar a nada.

Los apóstoles que dejaron todo para seguir a Cristo han tomado una decisión y la responsabilidad de seguir a Cristo, sin condiciones, sin promesas.

Los santos, los mártires, todos, han tomado una decisión de seguir a Cristo para cambiar su vida, sus proyectos, sus destinos. Entonces, nosotros que decimos que somos devotos de los santos debemos mirar y ver si también podemos cumplir la voluntad de Dios, cumplir nuestras responsabilidades.

La responsabilidad en la Iglesia es muy importante. Tenemos un montón de actividades, tenemos muchos servicios y ministerios. Hay que tomar responsabilidades y no vivir solo para decir que somos devotos. Hay que poner en práctica lo que hemos recibido de Dios.

Nuestra responsabilidad es ayudar a los demás a reconocer que se puede llegar a vivir libre como responsables, sabiendo lo que está bien y lo que está mal. Que esta fiesta de la Trinidad nos ayude a mirar estas tres personas, cada una en su lugar, con su responsabilidad.

Que Dios de la Trinidad nos ayude a que en nuestra familia, en nuestro lugar de trabajo, en nuestras relaciones, seamos todos responsables buscando el bien de todos. Amén.

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