El mercado más grande de Moscú atrapa a los visitantes
Cuenta con numerosos puestos que abarcan a diferentes rubros. Una recorrida rápida puede demandar hasta dos horas. Un lugar increíble.
Mientras el Mundial está en marcha en Rusia, muchos son los visitantes que aprovechan para conocer y disfrutar los hermosos lugares que tiene la ciudad de Moscú. La capital que atrapa a todos por los partidos que se disputan allí, es el centro de atracción de los miles de hinchas que llegaron desde diferentes partes del mundo para acompañar a sus selecciones y darles su apoyo en cada uno de los compromisos.
El enviado especial de EL LIBERAL se dio el gusto de ingresar al mercado más grande de Moscú, para ver de cerca todo el movimiento que genera el centro comercial y las bondades que ofrece cada uno de los puestos que alberga el gigante local.
El mercado tiene una arquitectura preciosa (los moscovitas le llaman el Kremlin de Izmailovo). Goza de un muy buen ambiente comercial, ya que en sus galerías de puestos de madera se pueden encontrar todo tipo de objetos de artesanía rusa, restaurantes tradicionales o de tipo barbacoas en la calle, una iglesia ortodoxa, animadores varios, etc.
Y si un turista pretende comprar souvenirs o regalos típicos rusos, allí es donde encontrará los mejores precios.
Para llegar al lugar hay que bajarse en la la estación Partizanskaya de la línea 3 del Metro. El mercado está a unos 500 metros al norte, caminando al lado de unos grandes edificios. Se pueden encontrar souvenirs interesantes y a muy buenos precios.
Es un mercadillo de cosas típicas rusas, como pieles, mamushcas, cuadros, ropa, antigüedades. Es grande. Una recorrida rápida puede demandar hasta dos horas. Incluso hay lugares donde disfrutar de un rico almuerzo o cena.
En el mercado hay tiendas especializadas dedicadas a la venta de antigüedades. Está ubicado al noreste de Moscú, a diez minutos andando desde la parada de metro Partizanskaya. Un letrero en el que se lee la palabra "Vernisazh" da comienzo a una avenida que conduce hasta las cúpulas multicolor del Kremlin de Izmaílovo.
Este espectacular palacio de piedra blanca, que recuerda al Kremlin de la Plaza Roja de Moscú, rodea el territorio de un imponente bazar de lo más variopinto. Dentro del mismo hay cafeterías, una galería de tiro, una fábrica de jabón, un campanario y numerosos museos: el del pan, el de los juguetes rusos, el del vodka y el de historia de la Armada rusa.
El intercambio comienza en la misma entrada. Un hombre se interesa por el precio de una caja de hojalata con el dibujo de un esturión que ofrece una de los vendedoras. En estas latas antes se vendía el caviar negro a 300 rublos (unos 9 dólares).
Para comprar recuerdos, sin duda, hay que trasladarse hasta ahí. Los fines de semana hay una oferta muy variada, sobre todo por la mañana. Entre semana sólo se abren dos avenidas y, a partir de las cinco de la tarde empiezan a recoger la mercancía. Los mostradores del Vernisazh, hechos de madera tallada al estilo eslavo, recuerdan a un auténtico mercadillo ruso.
Aquí se pueden encontrar ejemplares de toda la artesanía nacional, de todos los oficios típicamente rusos: encajes, chales, pañuelos, alfarería, forja y cuero, pieles de animales salvajes, ámbar, cristalería. Para mayor comodidad, algunas hileras de puestos son temáticas, como la calle de los oficios, la alameda de los cuadros, la hilera de los íconos, etc.