Recuerdos de infancia de asados y tardes de mate a orillas del agua en El Cajón

La familia Paz se reconoce parte de la localidad de El Cajón y ciertamente lo es, ya que fundaron los cimientos de su linaje hace más de cuarenta años cuando Mari Paz, se casó con Nono Paz (ya fallecido) y criaron a sus hijos.

En la visita de EL LIBERAL a esta bella geografía, estaba acompañada por sus hijos Guido y Ornella, quien ofició de guía al Paseo Forestal Natural Las Cañitas y al Cajón, en donde todavía queda un remanente importante de agua, que aquí se usa principalmente para la cría de ganado mayor y menor, con preminencia del caprino, vacuno y yeguarizos.

Durante el recorrido, la joven relata el trabajo comunitario que realizan acompañados por organismos estatales, para dotar de mejoras a ésta y otras poblaciones vecinas, unidas en lo que llaman La Reserva Campesina. Sentada sobre el lecho de roca del cajón (una quebrada o cañadón flanqueado de paredes altas rojizas), Ornella, que ahora cuenta 31 años de edad, recuerda los veranos de su infancia rodeada de amigos, hermanos, primos, pasando los días más calurosos a la sombra de la espesa arboleda que adorna el cañadón.

Sus ojos se pierden entre los dibujos quebrados de las rocas como buscando las imágenes de esas épocas más generosas en lluvias, que son las que alimentan las vertientes y éstas a los arroyos y embalses naturales.

Alegre por haber disfrutado este año de la frescura que vivieron el 4 marzo de este año, cuando llegó una lluvia torrencial a la región y se reeditaron los asados en familia a orillas del agua y las tardes de mateadas, recordó que así transcurrió toda su vida, admitiendo, agradecida, que vive en un paraje de ensueño, siendo una de las personas privilegiadas de disponer de estas bellezas.

Su hermano Guido advierte, empero: “Cuando está crecido es muy peligroso, porque el agua baja con mucha fuerza y hace remolimos” muy poderosos, por lo que no es recomendable entrar al cauce.

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