UNA CHARLA CON BERNARDO STAMATEAS

La mujer maltratada no es masoquista

Nueve respuestas para salir de una situación de violencia en la pareja. Por Oscar Gerez - Secretario de Redacción

Todos los días, sin excepción, las crónicas policiales se tiñen de historias de mujeres golpeadas. Son casos reales que encierran angustia y desesperanza en las personas que sufren violencia verbal, económica y física en cualquier lugar de la provincia. Este mal crónico no discrimina clases sociales. Hay mujeres de todos los estratos pasándola muy mal en estos momentos.

El psicólogo y doctor en sexología clínica Bernardo Stamateas aceptó hablar con EL LIBERAL sobre este tema al que desmenuzó en una entrevista que hoy ofrecemos con la esperanza de que sirva para clarificar la situación de las mujeres sobre las cuales muchos creen erróneamente, que “les gusta” que les peguen, que las sometan, que las violen o las maten.

- Tenemos en Santiago del Estero una gran incidencia de casos de violencia contra la mujer, maltrato y abusos sexuales. ¿Cómo puede la víctima superar el miedo, animarse a denunciar y buscar ayuda?

BS: Lo que le sucede a la víctima del maltrato no es que sea masoquista, no. Muchas personas les preguntan “por qué no lo dejás?”. Pero no saben que ella está sumida en un vínculo basado en el temor y por eso les es difícil salir. ¿Cómo comienza este vínculo? Lo primero que hace un maltratador es seducir, le aparece con flores, muestra cariño, etc. Lentamente, va introduciendo sus actitudes de control y de descalificación: “No me gusta que te vistas así”, “Por qué haces esto…”. Todo ello mezclado con romanticismo. Lentamente, en esos cuestionamientos que va haciendo el maltratador va podando la estima de la mujer para establecer un vínculo basado en una lógica perversa: “Vos no podés, yo sí”. Entonces, a medida que establece esa mezcla de enamoramiento y de descalificación va aumentando la descalificación, va podando la estima y ya abiertamente comienza con los insultos, luego ya la controla, la descalifica permanentemente, y la persona queda atada en un vínculo de miedo: “Yo no puedo vivir sin él”.

- ¿Cuál es el rol de la familia en todo esto?

BS: La familia, los amigos, todos deben armar una red en torno de la persona maltratada. Debemos acompañarla, escucharla. No acusarla ni tratarla de masoquista porque esto no es así. La familia deben acompañarla a la terapia, a recurrir a un buen abogado. Es decir, esta red debe acompañarla a todos los lugares donde ella pueda reconstruir la estima. Tengamos a cuenta que la persona maltratada a veces siente vergüenza porque hay gente que le pregunta, “bueno, pero ¿vos lo trataste bien?, ¿le hacías la comida que a él le gustaba?”. Todavía hay gente que pregona ese estereotipo que la mujer debe estar al servicio del hombre…

- ¿Hay tipos de maltratadores?

BS: Hay dos tipos. Está el agresivo, el que además pelea con todo el mundo, es el explosivo, pero también está el de la doble imagen. El que para afuera es el santo, el cariñoso, pero que puertas adentro es un maltratador, un descalificador. Estos tipos pegan porque es la herramienta que tienen para someter y controlar.

- ¿Ella es consciente de la manipulación que sufre?

BS: La persona maltratada, muchas veces, es la última en enterarse. Por eso tiene que escuchar a sus amigos, son un buen termómetro cuando no nos ven felices, cuando nos ven mal. Hay que escucharlos porque ellos son indicadores y nos van diciendo “no te veo bien”, por ejemplo. Siempre hay que contar lo que nos pasa. Se puede dar el caso de una persona maltratada que angustiada por lo que vive, quiere suicidarse… Bueno, ahí estarán sus amigos, la llevarán al club, a la Iglesia. Hay que acudir a los amigos, obviamente también al profesional para buscar ayuda, porque una de las técnicas que tiene el maltratador es aislar a sus víctimas.

- Muchas tienden a culparse por lo que les pasa...

BS: Sí, claro, se culpan. Siempre antes de un golpe físico hay un golpe de palabra. El maltratador es una persona insegura, frustrada, está enojada consigo misma, con la vida y desplaza su enorme inseguridad a través del control hacia otros. El objetivo del maltratador no es pegar sino dominar y someter. Como no puede lograr un proyecto a través del amor, de la libertad, del respeto, busca el sometimiento del otro, lo cosifica. El otro es un objeto de su pertenencia. Por eso muchos matan, “si no sos mía no sos de nadie”, “vos sos un objeto de mi propiedad”. Hay que saber que el gran temor del maltratador es el miedo al abandono, miedo a ser dejado, queda desamparado psicológicamente. Por eso, el otro es como un abrigo que lo viste y de allí los celos, el control y la manipulación. Una de las técnicas que utiliza es meter culpa: “Yo sufrí por vos”, “Ves que me amargas el día”, “Si vos no me provocas yo no exploto”. Mete culpa. La culpa y el miedo son las dos herramientas que utiliza el maltratador para controlar.

- En el noviazgo ¿es posible ver los síntomas de un golpeador?

BS: Claro que sí. Pero es importante decir que no hay que saltear el noviazgo. No hay que quemar etapas, no hay que ir a convivir con la persona, no hay que apresurarse porque el verdadero amor espera. No hay que saltar la etapa del noviazgo por lo menos un año, porque cuando uno está enamorado hasta los errores del otro parecen perfectos. ¿Cuáles son las señales de alarma? El control, la descalificación, el intento de aislamiento de los amigos, cualquier tipo de agresión verbal, cualquier empujón, cachetazo, humillación delante de los demás. Todas esas son señales que no se curan con el tiempo sino que son indicadores de que la violencia siempre va en aumento y puede terminar con la muerte.

- ¿Se puede salir de ese drama?

BS: Se puede salir, ya dijimos con ayuda del entorno, de un profesional. Y cuando la persona se logra separar del maltratador, tiene que hacer una lista de señales de alarma pensando en el futuro, que la trabajamos en terapia. Es buena rehacer su vida, pero hay señales de alarma. Si conoce a una persona separada, eso no es una señal de alama. Señal de alarma son los gestos de intento de control, la descalificación. Entonces, la persona tiene que saber cuáles son las señales de alarma ¿para qué?, para que en un nuevo vínculo cuando aparece el control, los celos, la humillación, hay que salir corriendo.
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