INSPECCIÓN

La tumba de Pérez, asesinado en la comisaría, no fue profanada

Según se determinó, el hijo de la víctima se confundió de nicho y el que estaba abierto era el de otro difunto. Gendarmería custodió el predio durante toda la noche.

Luego de darse a conocer la denuncia realizada por el hijo de Darío Ricardo Pérez, el hombre asesinado a golpes en un confuso episodio, dentro de la Comisaría Décima, la fiscalía realizó averiguaciones y determinó se que se trató de una confusión.

El caso movilizó a toda la fiscalía y a efectivos de Gendarmería Nacional, ya que pasada las 20.30 el abogado de la familia manifestó que la tumba del chapista fallecido -el pasado 25 de septiembre- había sido profanada según los dichos del hijo de la víctima.

Ante la gravedad de la situación, la fiscal a cargo de la causa -Dra. Erika Leguizamón- ordenó la celosa custodia de la tumba por parte de la Gendarmería Nacional, ya que según los familiares faltaba la tapa del nicho y el cajón no sería el que habían utilizado para darle sepultura a chapista.

Debido a la falta de luz para efectuar las pericias de rigor, la letrada ordenó la inspección del cementerio en las primeras horas de ayer, por lo que un centenar de efectivos policiales, fuerza de seguridad nacional, y peritos arribaron al cementerio La Piedad.

Bajo la atenta mirada de la Dra. Leguizamón y familiares de Pérez, se disponían a realizar los trabajos cuando determinaron sorpresivamente que el nicho que estaba abierto no era del extinto Pérez.

Su hijo se había equivocado y se trataba de un nicho colindante a donde descansa su padre. El director del cementerio hizo entrega a la fiscalía de la documentación correspondiente donde está el cuerpo de Pérez, corroborando que no se trataba del mismo.

De igual manera se efectuaron las pericias y tomas fotográficas correspondientes en el lugar del hallazgo.

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