MAÑANA LANZARÁ SU DECIMOQUINTO TRABAJO DE ESTUDIO

Andrés Calamaro entra a matar en "Cargar la suerte"

"Porque la procesión va por dentro, saco fuerza y me voy al encuentro de mi destino", proclama Calamaro en una síntesis de su nuevo disco, erguido y desafiante frente a los cuernos de la vida.

El universo musical de Andrés Calamaro, nutrido una vez más por descorazonados, recupera la importancia de las guitarras en un disco, "Cargar la suerte", que se publicará este viernes y que conmemora 40 años de carrera, 20 de ellos en solitario.

"Una cosa es pasarse el toro por delante y otra diferente es torear", señalaba el artista, en una escucha privada del álbum celebrada en Madrid con los medios, respecto del significado real de ese título que revela también una forma de vida.

Fue en 1978 cuando grabó su primer disco como teclista del grupo "Raíces", aventura a la que seguirían sus etapas con "Los Abuelos de la Nada", un primer escarceo como solista y su más que fructífero paso por "Los Rodríguez", antes de volver a debutar a solas con los reverenciados "Alta suciedad" (1997) y "Honestidad brutal" (1999).

Dos décadas después de marcar cánones musicales del rock en español, Calamaro no ceja en su empeño por superarse, algo que cree haber logrado en este disco, decimoquinto de estudio de su trayectoria personal.

Grabado en los estudios Sphere de Burbank (California), este trabajo llama primero la atención por su vocación más ruidista en los temas más roqueros, labor en la que cuenta con la asistencia tras las guitarras de Mark Goldenberg y Rich Hinman (este también al "pedal steel").

"Lo de las guitarras era algo que tenía descuidado", reconoció el argentino. Aún así, pese a la importancia recobrada de las cuerdas, las letras se escribieron antes que la música, con referencias a Los Tigres del Norte, Friedrich Nietzsche o Joaquín Sabina, al que parece rendir homenaje en ese universo poblado de descorazonados o "bandidos", sus "amigos delincuentes" en realidad, protagonistas de "My mafia".

La preeminencia lírica llega al extremo en temas como "Las rimas" o "Diego Armando Canciones", con unos versos "para escuchar", aparentemente cotidianos y montados sobre coplas del folclore argentino.

En total, "Cargar la suerte" reúne doce cortes.

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