HISTORIAS

Conociendo Rovaniemi, el verdadero pueblo de Papá Noel

Rovaniemi, se encuentra en Lapland, Finlandia, en el extremo del Círculo Polar Ártico. Con un frío que cala los huesos, y a pesar de su inhóspita ubicación geográfica, recibe cada año la visita de unos 600 mil turistas.

Esto se debe a que a Rovaniemi se lo conoce como el pueblo de Papá Noel o Santa Claus, de acuerdo a la costumbre.

Los renos, responsables del transporte del hombre más esperado por los niños cada año, se encuentran en cada esquina.

Pero no todo son hadas y duendes y felicidad; ya que en 1939, la Unión Soviética invadió y se apropió de sus calles y viviendas; y la guerra para repeler a las fuerzas comunistas duró el crudísimo invierno de 1939-1940.

Finlandia logró expulsarlos, sin embargo, para impedir futuras invasiones, no vio mejor salida que aliarse a Adolf Hitler para evitar a los rusos en un futuro.

Los nazis crearon una base en Rovaniemi que fue la punta de lanza para su invasión nórdica; pero cuando la guerra ya era un hecho y las atrocidades alemanas recorrían el mundo, los finlandeses aceptaron la recomendación soviética de intentar expulsar a los nazis.

No fue fácil. Recién en octubre de 1944 las tropas de Hitler decidieron abandonar Rovaniemi; no sin antes arrasar con todo y quemar la ciudad hasta sus cenizas, dejando el 90% de sus edificios y viviendas destruido.

La ciudad de Papá Noel había sido devastada y su reconstrucción comenzaría recién en 1945, de la mano de Alvar Aalto, un arquitecto que al observar la desolación de las cenizas encontró una oportunidad.

Aalto quedó grabado para siempre entre los habitantes de Rovaniemi, ya que fue quien ideó el mito de Rovaniemi como cuna de Papá Noel. Conjugaba esperanza con religión y con futuro: el anhelo de los niños por lo nuevo.

Convocado por la Asociación de Arquitectos Finlandeses para la reconstrucción de la ciudad, el plan de este genio abarcó no sólo este punto, sino todo Lapland, y el proyecto abarcaba todos los aspectos, desde las viviendas más eficientes hasta las represas hidroeléctricas utilizando los ríos del norte pero sin afectar el medio ambiente.

Durante una visita de Eleonor Roosevelt en junio de 1950, Rovaniemi se hizo tan famosa que comenzó a recibir visitantes como nunca antes, y era presentada al mundo como la ciudad del Círculo Ártico.

El turismo creció de manera exponencial, lo que permitió reunir los fondos necesarios para concretar el plan de Aalto.

La atracción era tal que en 1984, Concorde decidió realizar un vuelo a Rovaniemi y fue entonces cuando los empresarios locales crearon el pueblo de Papá Noel a pesar de que la leyenda de aquel país diga que su lugar de origen sea realmente Korvatunturi, una formación rocosa con forma de oreja, geografía que le permitiría a Santa escuchar los deseos de todos los niños del mundo. Pero Korvatunturi es remoto y casi inaccesible: a más de 200 millas al norte de Rovaniemi.

Todo pasó a ser delineado con el estilo de Papá Noel. Incluso, se creó un parque dedicado sólo a este personaje que aparece por chimeneas cada 25 de diciembre. Allí, cada año llegan alrededor de 700 mil cartas de todo el mundo.

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