EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Navega mar adentro y echen las redes - Lucas 5,1-11

Pbro. Mario Ramón Tenti

El llamado a Pedro se sitúa a orillas del lago de Genesaret, en Galilea, prefigurando la posterior elección de los Doce. Jesús asocia a Simón al anuncio del Reino y le promete una nueva tarea. El contexto de la pesca milagrosa y del llamado de Simón está dado por la actividad de enseñanza de la Palabra de Dios por parte de Jesús: “Subiendo a una de las barcas… enseñaba a la gente”. Jesús es el portador de la Palabra, habla en nombre de Dios. Después de la predicación, Jesús dice a Simón que navegue mar adentro y eche las redes al mar para la pesca. Este le contesta que durante toda la noche echaron las redes pero que la tarea fue infructuosa. Sin embargo, “si tú lo dices” lo haré. Y la pesca fue tan extraordinaria hasta el punto que las redes amenazaban con romperse. Tuvieron que pedir ayuda a otra barca para poder sacar los peces. En el contexto de la presentación de Lucas, Simón queda encuadrado en el ámbito de la prodigiosa actuación de Jesús (pesca milagrosa), y esa experiencia constituye la base de la promesa que se le hace a Pedro. Aunque Simón, conciente de su pecado y de su absoluta indignidad para entrar en contacto con Jesús, se arroja a los pies del Maestro, Jesús, le ofrece las garantías necesarias (no temas) y le promete una función determinada en la tarea de reunir a los hombres en ese Reino que Jesús ha venido a proclamar: “desde ahora serás pescador de hombres”. Pedro llevará a cabo su misión como el pescador que colma su red de peces. La metáfora: “pescador de hombres” es un signo de los futuros éxitos en su tarea por el Reino. Conclusión Frente a la crítica y rechazo de que es objeto Jesús por sus conciudadanos en Nazaret, surge aquí el seguimiento personal y comprometido de Simón y sus compañeros. Responder a Jesús como discípulo significa comprometerse a seguirle en su camino; un seguimiento que incluye la función de pescar e insertar discípulos en el dinamismo del Reino. La tarea de Simón, al igual que la del maestro será la de salvar a los hombres de la muerte y preservarlos para la vida. También hoy, la tarea de la Iglesia de Jesús, está ligada al anuncio de la Buena Noticia del Reino, que incluye la actividad de “pescar hombres”, es decir, de salvar y comunicarles la vida de Dios de la cual es portadora. La Iglesia llama a las personas para seguir a Jesús y ser parte de su proyecto de Reino, no para ser parte de la institución, sino para seguir a Jesús. El horizonte de la práctica eclesial y por lo tanto del llamado es el Reino de Dios. Nunca hay que olvidarse de esto. La Iglesia no es el Reino de Dios, es un instrumento que puede facilitarnos el acceso. Siempre y cuando sea fiel a la misión que el maestro le ha encomendado.
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