FORJÓ SU ESTILO DE CANTO

Don Armando Santillán, emblema del folclore

El folclorista santiagueño Armando Santillán fue declarado por el Concejo Deliberante de La Banda como “uno de los emblemas de nuestras tradiciones y del folclore bandeño”.

Los ojos de Armando Santillán se llenan de lágrimas cuando evoca a sus hermanos, con quienes hace más de cincuenta años formó Los Hermanos Santillán, legendario grupo de folclore que fraguó su estilo en la difusión del canto tradicional. Único sobreviviente de aquella formación con la que recorrió el país cantándole a su tierra, hoy Armando sigue ese derrotero con presentaciones, como solistas, en La Banda y Santiago.

Hombre sencillo, pero de un sentimiento grandioso y profundo para hablar de su amor por la música y las danzas de su terruño, Santillán cuida ese pasado que lo encumbró, pero sigue forjando su propio presente. “Comencé a los 15 años con la música junto a mis hermanos que integramos el conjunto de los Hermanos Santillán.

En ese entonces no era fácil grabar. El sello solo nos daba la estadía para dos días, y teníamos ese tiempo para preparar todo. Después mis hermanos dejaban por diferentes motivos, pero yo siempre me mantuve vinculado a la música porque es mi pasión”, evocó Armando ante EL LIBERAL.

Orgulloso por ese camino andado, Santillán y sus hermanos forman parte de esa pléyade de poetas y cantores bandeños que elevaron hasta la cúspide el sentimiento por su lugar. “Cantarle a nuestra tierra, retratar sus costumbres, hablar del santiagueño y proyectar siempre la bonhomía del santiagueño, ha sido la razón que nos impulsó a crear y a seguir hasta que el cuerpo aguante”, puntualizó.

En una época donde las agrupaciones vocales cultivaban el folclore tradicional, Los Hermanos Santillán florecieron en tierra fértil con sus propias creaciones. Inspirados por Los Chalchaleros o Los Fronterizos, Armando y sus hermanos hicieron propio ese estilo que luego prosperó a lo largo y ancho del país. A más de cincuenta años de trayectoria, la obra de don Armando tiene continuidad en sus hijos.

Armandito es quizás la síntesis más perfecta de esa continuidad, como también dos hijas más que, en sus casos, difunden las danzas santiagueñas. “Soy un hombre feliz porque hago lo que me gusta. Hoy encuentro en mis hijos el mismo amor por las costumbres y tradiciones de su pueblo. Soy una persona afortunada”, remarcó don Armando.

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