EN LA FUNDACIÓN HOSPITALARIA

Por primera vez, médicos argentinos separaron a siameses unidos por genitales

El 20 de septiembre de 2018, Gianluca y Santino llegaron al mundo por cesárea, pesado 1,800 kilogramos cada uno. Sin embargo, no eran gemelos normales, sino que estaban unidos por la pelvis.

En realidad, no fue sorpresa, ya que sus padres se enteraron la noticia en la primera ecografía, por lo cual desde ese entonces iniciaron un seguimiento en la Fundación Hospitalaria, para lograr que el embarazo llegue a término.

Cuando nacieron, los siameses tenía un buen estado general y sus pulmones eran lo suficientemente maduros como para respirar por sí mismos. Sin embargo, compartían los aparatos digestivos y urinarios. Desde ese entonces se dio inicio a una planificación para que los siameses crezcan sanos y la operación se realice sin riesgos.

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Desde el primer día de vida se les practicó un ostoma, que es una abertura con la que pudieron derivar su contenido intestinal y evitar futuras complicaciones.

En todo momento, su familia cumplió al pie de la letra las indicaciones. “Nos encontramos con dos bebés unidos por el periné que debían ser divididos disminuyendo al mínimo las posibilidades de complicaciones, con una familia muy contenedora y positiva”, relató a Clarín, Carolina Millán, Coordinadora de Cirugía Pediátrica de Fundación Hospitalaria.

En mayo del 2019 comenzaron los preparativos para las cirugías de separación. Antes que nada, organizaron una jornada de simulación. La hicieron en el quirófano central, usaron muñecos, y reprodujeron cada paso desde que los niños ingresan a la institución hasta que son trasladados a terapia pediátrica. En total, fueron dos horas de práctica.

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Luego de la cirugía, Gianluca y Santino pasaron 10 días internados. Siempre pudieron respirar por sus propios medios y sus signos vitales fueron normales en todo momento.

Actualmente, pasó un mes de la operación y la familia se encuentra en casa, feliz, pero con un nuevo desafío: atender dos bebés inquietos, independientes uno del otro. Ahora resta una nueva y difícil prueba: la reconstrucción del aparato digestivo y urogenital.


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